15 millones... y es tuya

Soy un 'i-reporter'. No lo digo yo, lo leo en el New York Times. Una nueva definición de la CNN para aquellos ciudadanos-periodistas que envían sus propias fotos y reportajes sobre nuevos acontecimientos. En el caso que nos ocupa, el periodista-ciudadano soy yo, y el acontecimiento, para este micromedio de Diseño+Arquitectura esta semana, es la venta de uno de los iconos del siglo XX, la casa Kauffman. Y aquí estoy yo, con mi cámara, embobado ante un simple buzón que señala el número de la casa, el 470 de West Vista Chino, Palm Springs.

Tengo esta semana para reunir en torno a 15 millones de dólares si quiero estar en la puja. La casa Christie's la subasta en su sede de Nueva York el próximo martes 13 (qué mala mi suerte, no voy a tener liquidez) a las 18:00 hora local (para que no tengas disculpas y te despistes).

Voy a hacer un poco de niño repelente y voy a dedicar unas líneas a la historia de esta casa. Primer dato de interés: su primer propietario y promotor, a quien debe su nombre, era dueño de la famosa casa The Fallingwater House (otro hito, de Frank Lloyd Wright, en Bear Run) y de una fortuna considerable, construida sobre los beneficios de las ventas de unos grandes almacenes en Pittsburg. Para su casa de la Costa Oeste (ya sabéis, en Estados Unidos se mide a los ricos por sus millones y por la cantidad de casas), quería algo más ligero, algo más acorde para la frívola Palm Springs. Seguro que el mal genio de Wright y su manga ancha con los presupuestos también tuvieron algo que ver. Esta vez el elegido fue Richard Neutra. 300 m2 de casa y 348.000 dólares de la época consiguieron uno de los mayores logros de la arquitectura moderna.

Esta casa tiene el récord de haber escrito su nombre en la Historia de la Arquitectura en dos ocasiones. Primero en 1946, cuando se inauguró, ya que remodeló la arquitectura del Movimiento Moderno de la posguerra y fue la causante de que, cincuenta años después, surgiera un renovado interés por las casas de mediados del siglo XX que tienen su cuna en Los Ángeles y en la pequeña ciudad de vacaciones en la que se asienta. Y este fue su segundo éxito. Hoy está otra vez predestinada a convertirse en portada, al ser la casa icono del diseño por la que se pague el mayor precio en una subasta. Me cuentan que el precio estará más cerca de los 25 millones de dólares que de los 15 de salida (¡que pena!, no voy a llegar...).

Si un 'i-reporter' es un pluriempleado (hace fotos y escribe artículos), ya que está, también se puede convertir en agente inmobiliario, y en ese papel destacaría que la vivienda está construida en una serie de planos horizontales que dan la impresión de flotar sobre las paredes de cristal. Alguien la describió: "es como un avión de plata que acaba de aterrizar sobre una alfombra verde sujetada por unos pocos bloques de piedra, meticulosamente colocados". Está construida en forma de cruz, lo que hace que el salvaje paisaje se integre en la casa y que tenga un privilegiado sistema de ventilación. Hay quien se sorprenderá por la cantidad de cristaleras (sobre todo las que están orientadas al sur) en estos tiempos de sostenibilidad, pero la casa fue pensada para pasar breves periodos de tiempo. Está en perfecto estado de revista. Los actuales propietarios realizaron una restauración a mediados de los 90. Buscaron proveedores originales de pintura y accesorios y hasta reabrieron la sección de una cantera de Utah para buscar una piedra similar y sustituir las dañadas.

Para terminar, un poco de prensa rosa: los Harris (que es como se llama el matrimonio que la posee en la actualidad), compraron la casa por 1.500.000 dólares y no se sabe si la larga restauración (recordad "Esta casa es una ruina"), llegó a deteriorar su relación y, ahora, en trámites de divorcio, se ven obligados a ponerla a la venta. El dinero lo cura todo... aunque yo, para mi tristeza, solo tengo para unas cañas.