Rubén Pinar y Miguel Tendero, lanzados a las novilladas de postín

Madrid.-  Una oreja cada uno cortaron los novilleros Rubén Pinar y Miguel Tendero en la novillada de hoy en Madrid, triunfos que colocan a ambos en inmejorables expectativas para la temporada que a partir de "San Isidro" tiene capital itinerante por las demás ferias de toda España.

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(EFE)

El novillero Rubén Pinar da un muletazo a su primero de la tarde en Las Ventas.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Montealto, bien presentados y de juego desigual, que se movieron pero no siempre con buen ritmo. Los mejores, primero, tercero y, sobre todo, sexto. El segundo, algo revoltoso, le faltó un tramo en las embestidas. Cuarto y quinto, los de peor índole. Ovacionados segundo y sexto, y aplaudidos primero y tercero.

José Ramón García "Chechu": estocada corta y baja (silencio); y estocada (silencio).

Rubén Pinar: estocada (una oreja); y estocada (ovación tras petición insuficiente).

Miguel Tendero: estocada (aviso y vuelta tras petición en el límite); y estocada tendida (una oreja).

En cuadrillas, Basilio Mansilla saludó tras dos buenos pares al quinto.

La plaza casi se llenó en tarde agradable.

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DOS TRIUNFOS LEGÍTIMOS

Está claro que Rubén Pinar y Miguel Tendero se van a ver mucho las caras este año después del triunfo de ambos hoy.

Pinar ya lideró la pasada temporada el escalafón inferior, y la oreja que paseó esta vez en Madrid -la segunda que corta en Las Ventas en un mes ya que obtuvo igual triunfo el pasado 13 de abril- refrenda las magníficas expectativas de una irresistible trayectoria que pasa también por Valencia y Nimes, ambas plazas "de primera", con sendas puertas grandes.

No le va a ir a la zaga Miguel Tendero, más nuevo, pero con una importante estela que nació posiblemente en su participación en el concurso de "la Oportunidad" que se celebra en la madrileña plaza de Vista Alegre. También en "las Fallas" valencianas, con una exigente novillada de Fuente Ymbro, sin materializar el triunfo, Tendero dejó claras sus aspiraciones.

No es casualidad ninguno de los dos triunfos.

Pinar cortó la oreja de su primero, que no fue tan buen novillo como para justificar la ovación en el arrastre. Al torero le tocó "hacerlo" a base de esperarle y llevarle, muy templado, la figura muy encajada y con mucha estética en la interpretación. La faena tuvo usía también por los adornos y remates, gustando y gustándose una barbaridad. Atacó en corto y por derecho con la espada, y cayó la oreja, sin discusión.

Ya el quinto novillo no tuvo tan buena condición, ni el novillero tanta convicción. El animal, que acusó el quebranto de un volatín en los lances iniciales, fue mejor por el lado derecho, sin embargo, sin rematar las embestidas. Por un momento parecía que tomaba vuelo la faena, pero esta vez no acabó de resolver.

Tendero acarició el triunfo en su primero, un trasteo no obstante sin la suficiente profundidad. Más preocupado de las pinceladas, le faltó fajarse, cruzarse más en los cites, que no estar tan encima. Tuvo a pesar de todo momentos de exquisito relajo, aunque sin dar el paso definitivo. Y, algo imperdonable, se ayudó mucho con el estoque en el toreo al natural, una martingala que no venía a cuento por la ausencia total de viento. Por tantas cosas no le dieron la oreja.

Sin embargo, con el bravito sexto cambió el panorama. Ya de salida, lo bordó con el capote, tres lances y dos medias, de cartel. La apertura de faena, también algo exquisito sobre todo en los remates por abajo. Y en lo fundamental, derechazos y naturales, toreo pausado y con aroma, despacio, limpio y ajustado. La muleta siempre por debajo de la pala del pitón en cada remate. Toreo poderoso y sin necesidad de brusquedades.

Un Tendero menos ventajista, muy puro y entregado. Cortó la oreja -ahora sí hubo mayoría aplastante en la petición-, trofeo que, ojalá, le llevará a muchas ferias y plazas de postín esta temporada, naturalmente junto a Pinar. Son las cosas que otorga Madrid por un triunfo en San Isidro.