Tamara Rojo no está dispuesta a "encabezar un sucedáneo" de compañía clásica

Madrid.-  La bailarina Tamara Rojo, que en 2006 presentó un proyecto al Gobierno para la creación de una compañía pública de danza clásica, ha explicado hoy a Efe que no está "dispuesta a avalar falsas expectativas" y que rechaza "encabezar algo parecido a un sucedáneo de compañía".

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(EFE)

La bailarina Tamara Rojo, que en 2006 presentó un proyecto al Gobierno para la creación de una compañía pública de danza clásica, ha explicado hoy a Efe que no está "dispuesta a avalar falsas expectativas" y que rechaza "encabezar algo parecido a un sucedáneo de compañía".

La primera figura del Royal Ballet de Londres responde así al director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM), Juan Carlos Marset, que el pasado lunes aseguró que sólo tenía referencias del proyecto de Rojo por la Universidad Juan Carlos I y la Fundación de Alicia Alonso.

"Si ella quiere especificar más, como ha hecho Ángel Corella (bailarín que en septiembre debuta con su propia compañía), estaré encantado. Ante la indeterminación, lo único que puede hacer la Administración es esperar o tomar sus propias iniciativas", resaltó el director general.

Fue en febrero de 2006 cuando Tamara Rojo, en coordinación con el Instituto Alicia Alonso de la Universidad Rey Juan Carlos y la Alcaldía de Fuenlabrada, presentó al Gobierno y a petición del mismo un "proyecto completo, desglosado en secciones y con su presupuesto, para la creación de una compañía de danza de titularidad pública", que fue analizado en varias reuniones en el Palacio de la Moncloa, tras la llegada de César Antonio Molina al Ministerio de Cultura.

En esas reuniones, según la detallada información facilitada por Tamara Rojo a Efe, estuvieron representantes de la Presidencia del Gobierno, del Ministerio de Educación, de la Universidad Rey Juan Carlos, de la Alcaldía del Fuenlabrada y del INAEM, con "el mandato de concretar la bases de la nueva compañía".

A esas entrevistas la bailarina asegura que no fue invitada, ni se le dio "la oportunidad de enviar un representante de confianza", pero sí le consta que al menos en una de ellas estuvo Marset.

Tamara Rojo asegura que su proyecto "estaría amparado en una fundación pública, abierto a las aportaciones del patrocinio privado, y sería capaz de representar, tanto el repertorio clásico como otros estilos actuales, así como establecer unas bases profesionales y académicas estables".

Sin embargo, la bailarina española cree que a día de hoy el "proyecto ha quedado vaciado hasta la mínima expresión resultando, de hecho, irreconocible e inviable, sobre todo por falta de compromiso financiero por parte del INAEM".

"Como no estaba, ni estoy, dispuesta a avalar falsas expectativas, comuniqué, por escrito, a mis interlocutores, mi desacuerdo y mi rechazo a encabezar algo parecido a un sucedáneo de compañía", afirma la bailarina, que muestra así su sorpresa por las declaraciones de Juan Carlos Marset.

Tamara Rojo reivindica, como "bailarina profesional", el "derecho de los estudiantes de danza, en España, a tener una compañía de ballet que les sirva de referente y donde puedan tener la posibilidad de bailar, y el derecho del público español a poder deleitarse con los grandes clásicos".