La Cumbre ALC-UE apuesta por adoptar políticas públicas para corregir la desigualdad y la pobreza

Lima.-  Los mandatarios que participan en la V Cumbre de América Latina, Caribe y Unión Europea coincidieron hoy en la necesidad de adoptar políticas públicas para corregir las desigualdades y combatir la pobreza, y apostaron por medidas concretas para atajar la crisis alimentaria mundial.

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(EFE)

Hombres trabajan en el Cercado en Lima. La quinta cumbre bienal entre los países de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, giró en torno a dos temas: la lucha contra la pobreza y la lucha contra el cambio climático.

Así se desprende de las conclusiones de la mesa sobre "Pobreza, desigualdad e inclusión social" anunciadas durante la sesión de clausura de la Cumbre, que reúne en Lima a medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno de ALC-UE.

El tema es especialmente importante para América Latina, una región con más de 200 millones de pobres, según la Cepal, que no ha conseguido reducir los niveles de exclusión social y se enfrenta al reto de aprovechar el crecimiento sostenido de los últimos años para cumplir con los objetivos del Milenio y rebajar su nivel de pobreza a la mitad hasta 2015.

Como reconoció hoy en su exposición el presidente de México, Felipe Calderón, América Latina no sólo es más pobre que la Unión Europea, sino que tiene un mayor índice de inequidad, lo que demuestra que no han funcionado las políticas de cohesión social e igualdad de oportunidades.

El gobernante mexicano admitió que los hechos demuestran que el crecimiento económico no resuelve por sí mismo el problema de la pobreza, pero es indispensable para avanzar en su solución.

En el largo debate sobre los papeles del Estado y del mercado, dijo, la conclusión de los mandatarios reunidos en Lima es que ni uno ni otro "pueden resolver por si solos los problemas".

"El mercado es condición indispensable para el desarrollo y el crecimiento productivo, pero no es suficiente. Se requiere la posición rectificadora del Estado para corregir enormes desigualdades de América Latina", agregó.

Son necesarias, puntualizó, políticas públicas específicamente orientadas a superar la pobreza, y el principal factor es la generación de empleo y la lucha contra la desigualdad de género porque, lamentó, en América Latina "la pobreza tiene rostro de mujer".

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, abogó por "mirar las políticas que dieron origen al empobrecimiento del continente, indagar en las causas y revertir la situación" y defendió un proceso de integración entre ALC y la UE "que sea percibido por toda la sociedad de manera ventajosa".

La inversión en innovación, educación, tecnología son "claves", dijo, en el desafío que afrontan los gobernantes latinoamericanos.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, por su parte, fue la más radical en su defensa de las políticas para impulsar educación, un valioso instrumento para la inclusión social, en especial de mujeres, indígenas, inmigrantes y sectores marginados y vulnerables.

Tras seis años de crecimiento económico en América Latina, "es el momento de avanzar", apuntó Bachelet, que recordó que el crecimiento sin equidad no conduce al desarrollo e instó a aprovechar la bonanza económica para invertir en educación, fortalecer los sistemas de protección social y distribuir los beneficios del crecimiento.

"No cometamos los mismos errores que en los años 90, donde crecimos, pero no avanzamos en equidad", afirmó.

"Queremos crecer para incluir e incluir para crecer", sostuvo Bachelet, convencida de que la asociación estratégica y regional en la que trabajan ALC y la UE debe transformarse en una "asociación para el desarrollo".

Los mandatarios llamaron especialmente la atención sobre la crisis alimentaria, que, advirtió Bachelet, puede convertirse en una barrera para el cumplimiento de los objetivos del Milenio, y desatar graves conflictos sociales y políticos.

"Tenemos que actuar hoy" con propuestas específicas, afirmó, y se refirió a respaldar a Naciones Unidas en su estrategia de combate contra la crisis alimentaria, al apoyo al Programa Mundial de Alimentos.

Muy especialmente instó a concluir con éxito la Ronda de Doha pues, advirtió, las medidas de emergencia puestas en marcha ante la subida de los alimentos "tendrán un efecto limitado" si no se logra destrabar la negociación.

Para Felipe Calderón, independientemente de las causas estructurales de la crisis alimentaria, "es tiempo de corregir" y reducir riesgos a largo plazo por la toma de malas decisiones impulsando políticas de precios que permitan mejorar el ingreso de los consumidores.