Sáenz se desvincula también de la compra de Aguas de Fuensanta

Madrid.-  El consejero delegado del Grupo Santander, Alfredo Sáenz, se desvinculó hoy de la compra por parte de Banesto del 45,3 por ciento de Aguas de Fuensanta en 1999, empresa vinculada a la familia Rato, y aseguró que no recibió instrucciones del presidente del Grupo, Emilio Botín, para acometer esa operación.

ampliar foto

(EFE)

El vicepresidente y consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz.

Sáenz, que declaró en el juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, imputado, entre otros, por los delitos de apropiación indebida, administración desleal, falsedad en documento mercantil y cohecho, también rechazó haber intervenido en la venta de la antigua sede de Banesto en Castellana 7, al igual que lo hizo Botín hace dos semanas.

Según el acta de la declaración de Sáenz, a la que ha tenido acceso Efe, el alto ejecutivo insistió en que ambas operaciones eran "una más" de las muchas que hacía Banesto a finales de la década de 1990.

El consejero delegado del Santander aseguró que Rodrigo Rato -entonces ministro de Economía y Hacienda- no recibió ningún trato de favor en esta operación y añadió que Aguas de Fuensanta entró a formar parte del patrimonio de Banesto como consecuencia de la recuperación de activos por impago de un crédito, concedido a la familia Rato en la época de Mario Conde.

Respecto a estas declaraciones, el querellante y accionista de Santander y Banesto Antonio Panea criticó que tanto Sáenz como el resto de imputados que han declarado, entre ellos el presidente del Santander, Emilio Botín, "pretenden hacernos creer que estas operaciones forman parte del día a día del banco" y "esto no hay quien se lo trague".

A preguntas de los periodistas, Panea recordó que el tema de Aguas de Fuensanta está relacionado con el entonces ministro Rato, al que "ningún banco" le habría dado un trato normal, "porque del ministro de Hacienda se pueden obtener muchos favores", así que es lógico pensar que se le atendió "al máximo nivel".

En cuanto a la sede de Castellana 7, Sáenz dijo que fueron los "servicios de inmuebles" del Santander los que ordenaron la venta y buscaron un comprador.

La operación de Castellana 7 fue "una más" de las que se realizaron dentro del proceso de saneamiento de Banesto, que fue intervenido por el Banco de España en diciembre de 1993, con lo que el equipo de Mario Conde fue sustituido por otro presidido por Sáenz.

La venta de la antigua sede de Banesto, realizada en 1996, representó unos ingresos de 8.400 millones de pesetas (50,5 millones de euros), y conllevó el pago de unas comisiones de casi 100 millones de pesetas, que, según Sáenz fueron "las habituales" cuando se realiza una intermediación en la compraventa de inmuebles.

La querella acusa al Grupo Santander de pagar unas comisiones fraudulentas, que se abonaron a través de paraísos fiscales.

Respecto a las comisiones, Sáenz dijo que hubo "un episodio de discusión entre Santander y Banesto" cuando el primero "quiso repercutir la comisión" del segundo, aunque al final, "quien recibió el importe de la venta se hizo cargo de la comisión", añadió Sáenz, que dijo no recordar si se produjeron plusvalías en esta venta.