Rafa Díez aboga en su despedida por la acumulación de fuerzas sindicales

Bilbao.-  El hasta hoy secretario general de LAB, Rafa Díez, ha abogado en el día de su despedida en el cargo por la acumulación de fuerzas sindicales en la defensa de los trabajadores, después de que su informe gestión al frente del sindicato haya sido aprobado sin votos en contra en el VII Congreso de la central.

ampliar foto

(EFE)

La nueva secretaria general del sindicato abertzale LAB, Ainoha Etxaide, durante su intervención en el VII Congreso de esta formación en el BEC de Barakaldo (Vizcaya).

El BEC de Barakaldo (Vizcaya) acoge hoy y mañana, con la participación de 500 delegados, el Congreso en el que LAB culmina su proceso de renovación generacional en la dirección del sindicato con el relevo de Díez, quien, según lo previsto, será sustituido por la hasta ahora secretaria general adjunta del sindicato, Ainhoa Etxaide, que encabeza la única candidatura presentada al cónclave.

Tras la votación del informe de gestión, aprobado por inmensa mayoría con cinco abstenciones y ningún voto en contra, Díez y los demás miembros de la ejecutiva han dejado de pertenecer a la dirección de LAB, que ha quedado en manos de la mesa del Congreso y de los congresistas.

En una conferencia de prensa posterior, el sindicalista abertzale ha considerado que tal votación constituye "una prueba de la cohesión de la organización y un aval rotundo a la gestión de los últimos cuatro años".

En un repaso a su contenido, Díez ha dicho que ante "las dificultades" de intervención en las empresas y "la prepotencia" de los empresarios, la línea sindical debe orientarse a cambiar la realidad desde posiciones de coherencia, unidad y lucha sindicales.

Acompañado del hasta entonces responsable de Comunicación de LAB, Tutxi Ariznabarreta -otro veterano sindicalista que sale de la ejecutiva-, Díez ha apostado por que el sindicalismo "vaya recuperando niveles de acumulación de fuerzas" porque los trabajadores "están necesitados de cambiar la correlación de fuerzas en sus reivindicaciones cotidianas".

Según el informe aprobado, el factor "de controversia" que ha supuesto la estrategia "unilateral" de ELA en la negociación colectiva se debe "superar para reforzar" la posición de los trabajadores.

En el plano político, el informe muestra a LAB como sujeto activo en la búsqueda de una "solución al conflicto" vasco y un "marco democrático" en Euskadi y reconoce que el movimiento independentista se "mantiene estancado", aunque "con potencialidades".

El sindicato defiende acuerdos políticos "integradores", pero puntualiza que la defensa de pactos transversales "sólo puede plantearse desde la convergencia en unos principios de reconocimiento nacional, de respeto a la voluntad de la sociedad vasca que permita el desarrollo de todos los proyectos políticos".

A su juicio, "lo que no se puede es hacer de la transversalidad la 'guillotina' de los derechos nacionales vascos como nuevamente nos viene a ofrecer el PNV".

LAB, que defiende "un cambio político y social en la andadura de Euskal Herria hacia la independencia y el socialismo", también alude al "proceso de negociación política" durante la tregua de ETA, que considera "una gran oportunidad perdida".

Opina que el PSOE "no tenía correlación de fuerzas interna ni externa para asumir el diseño de resolución del conflicto planteado en Loiola -en las conversaciones con Batasuna y PNV durante la tregua de ETA- y, además, podía debilitar en exceso a un PNV-Imaz, que, renegando de su apuesta 'lizarrista', venía reclamando su posición como leal aliado del Estado gobernado por el PSOE".

LAB lamenta que se abran "nuevos estadios de confrontación, sufrimiento y vulneración de derechos" y señala que, pese a la ruptura del proceso citado, se han definido las bases de "un escenario de democrático y de soluciones políticas", en alusión a lo tratado en Loiola.

El informe critica al PNV por postulares "como aliado del Estado" y situarse en esquemas de "mera reforma estatutaria, renegando la defensa del sujeto de soberanía vasco".

También critica a CCOO y UGT por sus posiciones "refractarias" a un marco vasco de relaciones laborales y a los Gobiernos vasco y navarro por su "unidad de acción operativa" con las patronales y sus políticas "neoliberales".