El accidente de TACA sentencia al Aeropuerto internacional Toncontín de Tegucigalpa

Tegucigalpa.-  El Aeropuerto de Toncontín, en Honduras, considerado de los más peligrosos del continente, parece finalmente sentenciado tras la prohibición de atender vuelos internacionales como el que se accidentó el pasado viernes y dejó un saldo de cinco muertos y heridos de 16 nacionalidades.

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(EFE)

Vista panorámica, el pasado 31 de mayo, del lugar donde se accidentó un avión comercial de TACA, en Tegucigalpa (Honduras).

Un Airbus 320 de la compañía salvadoreña TACA con 124 pasajeros se salió de la corta pista del aeropuerto hondureño, de 1.800 metros de longitud, a 1.033 metros de altura y rodeado por los cerros que circundan la ciudad, asentamiento de origen minero.

Para aproximarse a la pista, los pilotos, solo los certificados para operar en Toncontín, deben sortear la orografía montañosa que precede al avistamiento de la ciudad y bajar en picada hacia el valle donde está la muy poblada Tegucigalpa y sus alrededores.

Aún así, son pocos los accidentes fatales registrados en los 50 años de historia de Tocontín.

El más importante percance se produjo el 21 de octubre de 1989, cuando un jet 727-200 de la empresa local Sahsa, procedente de Nicaragua, se estrelló en un cerro a unos 30 kilómetros al sur del aeropuerto de Tegucigalpa.

En ese accidente murieron 131 personas de 18 nacionalidades y 15 sobrevivieron, entre ellos los pilotos, a quienes se achacó la responsabilidad del siniestro.

En el más reciente del viernes, en el que extraoficialmente se señala también un fallo humano, perecieron tanto pasajeros de la aeronave como transeúntes y conductores que transitaban por la avenida que invadió el aparato al salirse de la pista.

El avión cayó sobre una calle que conduce a los populosos barrios y colonias del sur de Tegucigalpa, que colindan con el aeropuerto.

El presidente ejecutivo de TACA, Roberto Kriete, dijo el sábado pasado que el avión no sufría desperfectos, que la "caja negra" ya fue recuperada y que en unos dos meses se conocerá el informe oficial sobre lo ocurrido.

No se descarta que el mal tiempo que dejó el paso de la tormenta "Alma", la pista resbaladiza y que el piloto no tomara tierra en el punto indicado influyeran en la catástrofe.

El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, tomó la decisión de cerrar el terminal aéreo temporalmente, pero de forma inmediata, y los vuelos internacionales han sido trasladados con el cambio de mes a San Pedro Sula, a 247 kilómetros al norte de la capital.

Mientras se espera que entre en servicio como aeropuerto civil la base militar de Palmerola, a 75 kilómetros de Tegucigalpa, por Toncontín deambulan turistas mas interesados en ver los restos del último accidente que en subirse a un avión.

Los mostradores de las empresas estadounidenses "American Airlines" y Continental, la panameña COPA (Compañía Panameña de Aviación) y la salvadoreña TACA (Transportes Aéreos del Continente Americano) en Toncontín están vacíos.

Los pocos pasajeros que se observan en el edificio de registro de boletos y abordaje son de vuelos locales que cubren empresas nacionales con bimotores con capacidad máxima de 50 pasajeros.

Palmerola, rebautizada como Base Aérea "Enrique Soto Cano", que Honduras comparte con Estados Unidos, fue construida por el ejército de ese país a inicios del decenio de los años 80 del siglo pasado para respaldar sus operaciones anticomunistas en Centroamérica durante la llamada "guerra fría".

La decisión de Zelaya de convertir Palmerola en terminal aérea internacional no gusta a empresarios y particulares, que la consideran apresurada, porque no cuenta con la consulta de todos los sectores involucrados en la aviación comercial.

Tampoco existe una autopista adecuada que comunique la ciudad con la base aérea en la que, además, habrá que habilitar terminales para atender todas las necesidades de los pasajeros y la apropiada distribución y almacenaje de equipajes.