A cuatro meses antes de las elecciones ningún partido chileno se libra de problemas

Santiago de Chile.-  Ningún partido chileno con representación parlamentaria se libra de las pugnas internas, que incluso han puesto en jaque a sus dirigentes, a solo cuatro meses de las elecciones municipales de octubre.

La crisis en los partidos, aunque con matices, es transversal y abarca todo el espectro, desde la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta el Partido Socialista (PS).

Esta coyuntura también envuelve a las dos grandes coaliciones políticas del país, la derechista "Alianza" y la centroizquierdista "Concertación".

Esta última vive la crisis más importante desde su nacimiento, en 1988, por la decisión de los radicales y los socialdemócratas de presentar una lista separada para los comicios locales de octubre.

Esta decisión no ha sido del agrado de los dos fuerzas más importantes de la coalición, la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Socialista (PS), ni del Gobierno, que en los últimos días movilizaron, sin éxito, a ex presidentes y líderes históricos para frenar la crisis.

Este jueves, los presidentes del Partido Radical Social Demócrata (PRSD), Pepe Auth, y del Partido por la Democracia (PPD), José Antonio Gómez, no dieron su brazo a torcer y mantuvieron firme su decisión de llevar una nómina separada de sus socios de la Concertación en la lista de concejales, aunque para la elección de alcaldes se mantiene una sola lista.

Ello a pesar de que la presidenta Michelle Bachelet dedicó este miércoles seis horas a convencer por separado a ambos dirigentes del peligro que implica para la unidad del bloque el presentar listas separadas.

El acuerdo quedó zanjado esta mañana en la "cumbre" de los presidentes de los partidos oficialistas y el encargado de oficializarlo fue el senador José Antonio Gómez, portavoz de la Concertación, quien expresó que no se siente "en absoluto imponiendo una decisión".

En la misma línea y tratando de dar una señal de unidad, Auth destacó que la estrategia municipal surge del acuerdo entre las cuatro colectividades, tal como les solicitó ayer Bachelet.

Sin embargo, la líder de la Democracia Cristiana, Soledad Alvear, y el presidente del PS, Camilo Escalona, dejaron claro que en la Concertación hay diferencia de opiniones, ya que ellos apostaban por una lista unitaria.

Alvear indicó que "en política uno debe trabajar en aras de objetivos colectivos comunes", a pesar de lo cual expresó su confianza en que la unidad del bloque prevalecerá y trabajarán unidos para la postulación de los aspirantes a alcalde.

Pero el fenómeno es general y aunque la oposición conservadora intenta manejar sin estrépito las disputas internas, no ha podido evitar que estas escalen hasta convertirse en conflictos judiciales o escándalos de corrupción, como el que el que la semana pasada desembocó en la renuncia del presidente de la UDI, Hernán Larraín.

La decisión del senador Larraín, que dio paso por primera vez en ese partido a una competencia abierta para elegir a un presidente que hasta ahora era designado por la cúpula, reveló una inédita pugna entre los llamados "coroneles" (herederos de la dictadura de Augusto Pinochet), que postulan a la presidencia al senador Juan Antonio Coloma, y las nuevas generaciones, que llevan de candidato al joven diputado José Antonio Kast.

Este jueves, el partido inició el proceso de elecciones internas, y los candidatos, tras días de descalificaciones mutuas, anunciaron que emplearán "guante blanco" en la campaña.

El presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, también enfrenta una difícil situación e incluso peticiones de que renuncie al cargo, tras su intervención en un proceso para elegir candidatos a alcaldes en un municipio de Santiago, lo que afecta al aspirante presidencial del partido, Sebastián Piñera, que ha puesto paños fríos a la disputa.

En la Concertación, la Democracia Cristiana ha sufrido una fuerte deserción en su militancia durante el año pasado, que se prolongó con la reciente renuncia de cinco de sus diputados.

A ello hay que sumar las desaveniencias entre los socialistas, que renovaron su directiva en un tormentoso congreso, en el que quedaron muchos heridos en el camino.