Jalid Sheij Mohamed intimidó a un detenido durante el juicio, alega la defensa

Base Naval de Guantánamo.-  Jalid Sheij Mohamed, el presunto artífice de los atentados del 11-S, presionó hoy a uno de los hombres acusado de participar en ese ataque para que renunciara a su abogado, como una forma de boicotear el juicio contra ellos, según la defensa.

"¿Qué pasa, te has metido ahora en el Ejército estadounidense?", le espetó Mohamed a Mustafa al-Hawsawi en la primera vista en el proceso contra ellos y otros tres supuestos colaboradores por los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El mayor Jon Jackson, el abogado militar de al-Hawsawi, reveló el intercambio durante la audiencia, en la que todos los detenidos, incluido su cliente, pidieron representarse a sí mismos.

Antes de la entrada del juez y de la prensa al tribunal, los cinco presuntos miembros de Al Qaeda conversaron durante 20 minutos, según reveló a Efe Thomas Durkin, el abogado civil de Ramzi Binalshibh.

En ese tiempo Mohamed, el líder del grupo antes de su captura, podría haber marcado una estrategia común.

Durante la propia vista, los detenidos hablaron entre ellos, sin que el juez, el coronel de los Marines Ralph Kohlmann, hiciera nada por detener el intercambio.

"Eso nunca se habría permitido en un tribunal federal normal", se quejó Sahr MuhammedAlly, de la organización de derechos humanos Human Rights First, quien asistió como observadora a la audiencia.

Sólo ante las objeciones de Jackson al final de la sesión, de unas 6 horas, Kohlmann pidió que interrumpieran la comunicación.

"Está claro que Mohamed intentaba intimidar a mi cliente para que no me aceptara como abogado", dijo Jackson a la prensa y añadió, Al-Hawsawi "estaba temblando".

La Fiscalía pidió la pena de muerte para los acusados, y Mohamed y otros detenidos dijeron querer el "martirio". No así Al-Hawsawi, que era el operativo de menor nivel entre los cinco, según la comisión oficial que investigó los atentados.

La fiscalía no protestó en ningún momento por las conversaciones entre ellos, pese a que el Pentágono ha impedido a esos hombres cualquier contacto durante los años que han estado en cautiverio, primero en cárceles secretas de la CIA y desde septiembre de 2006 en Guantánamo.

Que no tengan abogados "es una ventaja significativa para el Gobierno", dijo en una rueda de prensa posterior el coronel Steven David, el jefe de la defensa en los tribunales antiterroristas de Guantánamo.

Al-Hawsawi presuntamente era el asistente de Ali Abdul Aziz Ali, quien actuó como intermediario clave, según el Gobierno, en el envío de dinero de la red terrorista Al Qaeda a los secuestradores en Estados Unidos y quien también participó en la vista de hoy.

El juez aceptó que tres de los acusados se representen a sí mismos, pero pospuso una decisión sobre Al-Hawsawi, ante la protesta de su abogado.

Tampoco se pronunció sobre Ramzi Binalshibh, pues la defensa alegó que estaba recibiendo fármacos psicotrópicos por una razón que sus abogados no conocen, lo que podría afectar sus facultades mentales.

Esas medicinas se usan como anti-depresivos y contra la ansiedad, entre otros fines.

La defensa y la fiscalía salieron de la audiencia con dos versiones totalmente diferentes de lo que ocurrió en el tribunal recién estrenado y acondicionado especialmente para proteger información secreta.

En una rueda de prensa, el coronel Lawrence Harris, el jefe de la fiscalía, dijo que la audiencia demostró que el sistema judicial especial creado por el presidente George W. Bush para juzgar a los sospechosos de terrorismo es "ordenado y justo".

En cambio, la comandante Suzanne Lachelier, abogada de Binalshibh, afirmó que la vista "indica la falta de deseo de seguir los principios por los cuales los jóvenes (estadounidenses) lucharon en Afganistán".

"Es una vergüenza", remarcó.

Lachelier se quejó de que había pedido el historial médico de su cliente dos veces, pero el Pentágono se lo había negado. La defensa de todos los acusados también alegó que apenas se le había permitido tiempo para entrevistar a sus clientes.