Una boda en La Alberca (Salamanca) rememora laantigua indumentaria del siglo XVI

La Alberca (Salamanca).-  La localidad salmantina de La Alberca, declarada Monumento Histórico Artístico, ha albergado hoy en su iglesia parroquial una boda cuyos contrayentes iban ataviados con el tradicional 'traje de vistas', la novia, y serrano, el novio, cuyo origen se remonta al sigo XVI.

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(EFE)

Los habitantes del municipio salmantino de La Alberca han revivido hoy sábado la celebración de una boda serrana, donde los novios contraen matrimonio ataviados con los trajes típicos del siglo XVI, que conservan motivos ornamentales fechados en el año 700. En la foto, los contrayentes, Manuel Sánchez y María Isabel Pascual, agarrados de la mano y seguidos por la comitiva, tras ser casados.

Los cónyuges, ambos naturales de La Alberca, han sido Manuel Sánchez y María Isabel Pascual, quien ha esperado a su futuro marido, como manda la tradición, en el zaguán de la puerta de los padres de ésta.

El novio ha llegado con toda la comitiva familiar, ataviada con la indumentaria típica serrana que todos guardan celosamente, ya que se ha ido heredando de padres a hijos.

Desde la casa de la novia todos han emprendido el camino hacia la iglesia de La Alberca, erigida bajo la advocación de Nuestra Señora de La Asunción.

El trayecto ha discurrido por las calles de Las Escuelas, El Chorrito y El Solano, ante la mirada curiosa de cientos de vecinos y turistas que se han agolpado en las estrechas calles, donde el habitual repiqueteo del agua de sus caños ha sido sustituido por el de las gaitas, tamboriles y castañuelas.

El pasacalles de "Gerardito", interpretado por el grupo de Nuestra Señora de La Asunción, ha acompañado a los novios hasta la iglesia y, una vez dentro, se ha interpretado, al son de gaita y castañuelas, el romance "Crezca el Honor" que ha dirigido el folclorista Ceferino Torres.

La novia ha lucido uno de los trajes de boda más antiguos de España, propiedad de su familia, ya que en este pueblo charro es tradición que pase de generación en generación.

"Hacía once años que los albercanos no revivíamos una boda de esta manera tan singular y bella", ha explicado a Efe el concejal de Cultura del Ayuntamiento de La Alberca, Jesús Pascual.

En el traje sobresalen los bordados manuales, los hilos de plata y oro, los ornamentos corales y los zapatos fabricados en el siglo XVI por los afamados artesanos de Mogarraz (localidad próxima a La Alberca de la Sierra de Salamanca), que elaboraban calzados de piel que se vendían por toda España y donde destacan los motivos que escondían las hebillas de plata.

La novia ha mostrado con mucha devoción los alrededor de treinta amuletos que llevaba colgados por todo el vestido, que la protegerán de los malos augurios y entre los que han figurado la trucha de la fecundidad, una pata de gato montés labrada en madera y una Castaña de Indias.

El novio, por su parte, ha escondido bajo su chaleco las siete monedas de plata, símbolo bíblico y sinónimo de fertilidad.

La tradición de esta boda también ha revivido el papel que juega "El Mozo del Pollo", siempre un varón que tiene que ser el familiar más joven y cercano al novio, en este caso Ángel Sánchez, de 16 años de edad, quien se ha encargado de lucir y llevar el ramo floral.

Es un ramo atípico, conformado con una rama bastante leñosa de laurel, de donde cuelgan globos, obleas, rosquillas y, lo más sorprendente, un gallo de corral vivo que, más tarde, se le regalará al cura casamentero, en este caso don Hipólito.

Los padrinos, Carmen y Modesto, también han lucido, agarrados a sus hijos, los trajes típicos serranos que heredaron de sus antepasados.

En el Museo del Traje de Madrid hay expuesto un traje de novia de estas características y en 1910 Joaquín Sorolla pintó a los novios de La Alberca para la Hispanic Society de New York.