El gigante con alma de PlayStation

Desde que hace once años Deep Blue ganó al ajedrez a Gary Kasparov, los humanos miramos con idéntica fascinación y recelos a los supercomputadores. Pero una década es una eternidad en un sector donde desde la Segunda Guerra Mundial -como nos explica el experto en supercomputación de IBM Juan José Porta- la velocidad de cálculo se multiplica por mil cada diez años. Resulta difícil hacerse una idea de hasta dónde puede llegar un descendiente lejano del ajedrecista mecánico como RoadRunner, el ordenador estadounidense que acaba de pasar a la historia por romper la barrera del petaflop (una unidad de medida tan grande que hace unos meses ni siquiera sabíamos que existía) y que es el más veloz del mundo según el 'top 500' de la industria.

IBM

RoadRunner ('Correcaminos') fue construido por IBM para la NNSA (Administración Nacional de Seguridad Nuclear) estadounidense, y se aloja en Los Alamos. Así que su jornada laboral -explica Porta- está divida entre su uso "en aplicaciones clasificadas como simular accidentes y ataques nucleares y otras funciones civiles como estudiar el impacto del cambio climático o la extensión de enfermedades contagiosas". Los superordenadores, cuenta, se dedican a la 'tercera columna de la ciencia', es decir, a llegar hasta donde la teoría y la experimentación no pueden llegar. Hay que alegrarse de que sean estas máquinas las encargadas de emular cómo evolucionaría una posible mutación del virus del SARS o del sida, o las consecuencias de una catástrofe nuclear. Pero la supercomputación también se afana en estudiar el origen del universo, la expansión de las galaxias, el mundo existente dentro de los quarks o de asuntos más prácticos, como analizar los yacimientos de petróleo, realizar simulaciones industriales o prever cómo se comportará cierto corazón con cierto marcapasos.

La barrera del petaflop

Correcaminos es capaz de todo eso... pero mucho más rápido. Por ejemplo, explica Porta, si el superordenador barcelonés Mare Nostrum es capaz de imaginar el comportamiento del ala de un Airbus, el número uno tiene capacidad para hacerlo con todo el avión. Es de diez a quince veces más veloz. Alcanzar por primera vez el petaflop (mil millones de millones de operaciones cada segundo, es decir, un uno seguido de quince ceros) posee un valor práctico -se podrán resolver ciertos problemas por primera vez- pero sobre todo simbólico. "Como cuando se lograron los diez metros lisos en menos de diez segundos", aclara el experto de IBM. "Hace once años se construyó la primera máquina que llegaba al teraflop. Un petaflop es mil veces más rápido".

A pesar de lo popular de la informática distribuida para grandes proyectos (desde el clásico Seti @home hasta la nueva plataforma española Ibercivis), que utiliza los tiempos muertos de los ordenadores personales de los usuarios para la investigación, Porta defiende la eficiencia energética de utilizar un sólo y gran ordenador. RoadRunner es, por cierto, especialmente 'ecológico'. Además "la computación distribuida sólo es aplicable a problemas donde el cálculo de las partes no tenga relación con el resto. Por ejemplo, en una película de animación, donde cada una de las 25 imágenes que se necesitan por segundo es distinta. Pero si estás calculando el funcionamiento de las piezas de un avión cada máquina debe comunicarse con las otras".

Entre tanta complejidad sorprende saber que RoadRunner está basado en una variación del Cell, el procesador que se encuentra dentro de la consola de nueva generación PlayStation 3 que muchos tienen en sus casas. O que el Centro Nacional de Supercomputación español ha contribuido a su creación, encargándose del linux con el que funciona. Y aunque el Mare Nostrum ha descendido desde el honroso quinto puesto mundial que ocupaba en noviembre de 2006 hasta el actual puesto 26, España volverá a jugar en 'primera división' dentro de unos años, cuando se termine el nuevo ordenador español Mare Incognito en 2010 o 2011. Que será a su vez diez veces más rápido que el RoadRunner. Entonces nos olvidaremos de los petaflops y aprenderemos otra nueva palabra: hexaflop.