El Teatro Romano de Mérida recordó la "Medea" interpretada por la Xirgú en 1933

Mérida (España).-  El Festival de Teatro Romano de Mérida (Extremadura), en el oeste de España, volvió a sus orígenes al recordar la música y texto de la "Medea" que abrió este certamen en 1933 y a su protagonista, la actriz catalana Margarita Xirgu (Molins de Rei, Barcelona 1888/Montevideo 1969).

ampliar foto

(EFE)

La actriz Nuria Expert, durante la representación teatral de "Medea", que sirvió para inaugurar el 54 certamen de teatro, que se celebra en el Teatro Romano de Mérida.

En la velada la también actriz catalana Nuria Espert (Barcelona, 1935) recogió el testigo de la Xirgu para interpretar al personaje femenino de la tragedia del dramaturgo griego Eurípides (480/406 a. C.)

Fue una larga noche de cinco horas de pasacalles en los que se veneró a Xirgu, y de representaciones que rememoraron a la actriz que se exilió a Uruguay en 1936, poco antes de que estallara la Guerra Civil española (1936-1939).

Actores, zancudos, malabaristas y músicos volvieron los ojos a la España de los años 30, en la que los periódicos daban cuenta de que la actriz catalana era la mejor del momento, mientras la radio advertía del "pecaminoso" espectáculo en el que interpretaba a Salomé vestida en traje de baño.

Su recorrido finalizó casi a lado de una alfombra roja por donde desfilaron famosos del mundo del teatro como los argentinos Jorge Lavelli y Ernesto Alterio, y españoles como el bailarín Antonio Canales y las actrices Asunción Balaguer o María Galiana.

Nuria Espert interpretó los trágicos monólogos de los textos de "Medea", para más tarde transformarse en una Margarita Xirgu que, con una maleta en la mano, cerraba su intervención camino del exilio.

A partir de ahí se proyectó el documental "Xirgu, la desterrada", un triste recorrido en blanco y negro que arranca en el puerto de Santander el 30 de enero de 1936, donde la actriz toma un barco para iniciar una gira por Hispanoamérica.

Jamás regresó a España y, tras 33 años en el exilio, murió en Montevideo. Lejos quedaba su interpretación de Mérida en presencia del presidente de la República española, Manuel Azaña (1880/1940).