La calle Florida: entre bullicio, oficinistas y comida rápida

BUENOS AIRES (ARGENTINA).-  En todo el mundo hay ciudades con calles principales, por donde circula determinado amontonamiento de gente, por alguna peatonal ancha y diseñada sólo para caminarla. En Buenos Aires tiene la exclusividad la calle Florida, por donde una corriente oleada de caras inexpresivas suben y bajan según el paso y la altura de los que la transitan a ritmo improvisado.

Elton Melo (Flickr)

Las 'estatuas humanas' abundan en Florida.

Eso sí: en Florida no se ven flores, aunque no para contradecir su esencia colorida. Sino porque algún personaje de la historia la nombró así inspirado en su origen, cuando en 1580 y pico, la denominada Tercera Calle era más bien una vía de tránsito entre huertas y chacras. Diferente paisaje que el urbano actual con su faceta contemporánea céntrica centímetro a centímetro.

De principio a fin, las diez calles que la conforman (para luego continuar su curso como calle Perú) desnudan el comportamiento colectivo de la vida en esta ciudad: por un lado un señor vestido de Armani lleva su maleta mezclando su aura de perfume francés con el de los cachorros calientes del vendedor ambulante asentado en medio de la calle, mientras a su lado en el puesto de periódicos (puntos claves para conseguir prensa gráfica extranjera) que vende mapas, revistas, fotos y guías turísticas alguien fuma una pipa y escucha al músico que improvisa una adaptación ligera de jazz callejero. Éste se cuida de no ser aplastado por una pareja de tangueros que apuesta a su danza para llenar de monedas la lata perforada. Y algunos venden paraguas si llueve y otros encendedores para los fumadores, y algunos simplemente meten una tela en medio de la calle. ¡Cuidado con tropezar con la isla de bufandas tejidas a mano o con las artesanías locales, o con los cacharros 'madeinchina'! También están los clásicos Coyas, que ya tienen su esquina propia y traen la Puna con su bienvenida música de las alturas mientras venden sus CD.

lluisr (Flickr)

El popular paseo bonaerense.

Si bien hacia 1900 y pico esta calle reflejaba el centro de la moda argentina con las marcas sobresalientes europeas, hoy miles de tiendas venden lo que hay en el mercado a diferentes precios: en Florida impera la moda global, impersonal. Los bares también venden el mismo café y aunque todos los que caminan son diferentes, al final parece todo igual… Y es que Florida tiene un carácter muy pronunciado: el movimiento y la corriente que todo lo lleva fluye en concordancia con cartoneros, yuppies, oficinistas, políticos, estudiantes, mendigos, vendedores ambulantes, turistas, prostitutas, banqueros, roqueros, payasos, entre otros, que sólo quieren avanzar rápido porque tanta gente les da fobia o dolor de cabeza.

Florida es Buenos Aires… Su arquitectura variada deja a la vista la influencia cosmopolita, y tanto el lujo como la simpleza en las construcciones que la recorren documentan la evolución e involución económica y cultural que tironea la historia social, siempre en movimiento como la masa de gente que camina por allí. Aunque siempre hay alguna piedra que irrumpe la corriente, como algunos grupos de gente inmóvil ensimismada dentro de alguna actitud contagiosa, como en las casas de cambio de moneda, o en las puertas de los bancos haciendo fila, o cercando a los artistas callejeros, o también amontonados mirando alguna vidriera con la oferta del día del supuesto 50% de descuento en las prendas.

Darinka (Flickr)

El tango, también presente en Florida.

A veces un grito sobresale del tumulto por algún robo furtivo, o porque un desempleado agotado intenta hacer voz de su reclamo. También algún borracho puede disertar en filosofía y siempre hay algún turista (o mejor dicho muchos) tratando de descifrar lo que significa esta calle y tratando de encontrarle la similitud con alguna otra ciudad incomparable.

Muchos opinan que Florida es la calle de los oficinistas del Centro . O ellos lo sienten así. Quizá podría compararse con el pasillo de sus casas… van apurados, se visten en el camino, agarran el diario, manotean la vianda, preparan la moneda del metro y siguen el paso así y así hasta la oficina. Todo es parte del paisaje cotidiano. Pero aunque ellos se sienten dueños de esta calle, en realidad ella es dueña de todos ellos : punto de encuentro obligado, adonde nadie quiere juntarse con nadie, aunque todos parecen fluir en un río caudaloso de individuos que siguen la 'regla de la C' (caminar, comprar, comer y continuar). Por lo menos hasta el viernes. Durante los fines de semana Florida adquiere personalidad propia… se la puede recorrer con otra mirada.

Tanto para el que pasa cada día por allí sin enterarse de nada, como para el turista local o extranjero, hay ciertos puntos de los que no se puede pasar por alto cuando se camina por Florida:

Podemos comenzar por Plaza San Martín y encontrar el hotel Plaza Marriot; el edificio Cavanagh, la basílica Santísimo Sacramento, el Círculo Militar, la Administración Parques Nacionales, el Palacio San Martín... (todo esto por su valor arquitectónico).

Luego, las primeras tres calles de multi bares, diferentes galerías de arte y algunas tiendas que venden ropa de cuero, también la esquina del Centro Naval y enfrente el imponente Centro Comercial Galerías Pacífico, que además contiene al Centro Cultural Borges, donde hay constante vida artística multidiciplinar.

Hay que seguir y entrar a la antigua Galería Güemes (en el primer piso hay un restaurante autoservicio, de menú variado a un solo precio). Vale la pena detenerse en el bar Richmond en Florida al 400 (uno de los preferidos de Jorge Luis Borges), y luego de llegar triunfante al final de Florida, se puede hacer una foto sobre Avenida Roque Sáenz Peña con el monumento del mismo nombre, y captar en una toma lo que queda a la vista.

No hay que olvidarse de las moneditas preparadas para lanzar a cajas, sombreros, latas y manos de Florida. La travesía continua al cruzar Rivadavia (una calle más) con calle Perú. Pero allí comienza otra ruta…