Lo que cuesta tu ocio

Ir al cine en Londres cuesta 19,5 euros, tres veces más que en Madrid. Pero asistir a un concierto de música clásica en la capital española es un lujo por el que se pagan unos 104 de media por entrada frente a los 31 euros que le cuesta a un residente de Berlín.

(EFE)

Imagen de un concierto de la banda de rock británica Deep Purple.

Si lo que consumes es arte, la oferta de museos de París es la más cara, con un coste medio de 12,9 euros y mucho más accesible en Madrid, aunque ambas capitales tienen una renta per capita similar de casi 22.000 euros al año.

Estos son algunos de los datos ofrecidos por el estudio "El coste del ocio en las 20 principales ciudades del mundo", dirigido por Gildo Seisdedos y elaborado por el Instituto de Empresa (IE) Universidad. El documento evalúa una veintena de metropólis y el precio de su oferta cultural, un área que se ha convertido en determinante a la hora de establecer la competitividad de unos centros urbanos frente a otros.

"Antes lo que contaba para establecer la posición de una ciudad a escala global era el hardware urbano, o sea, si una ciudad tenía un palacio de congresos, aeropuerto o una pista de hielo", dice el profesor Seisdedos. "Ahora lo que cuenta cada vez más es el software, es decir, la calidad de vida, la oferta de hostelería, los aspectos culturales".

El estudio subraya que está emergiendo una nueva gestión urbana que no pone el énfasis en la construcción de edificios e infraestructuras sino en las telecomunicaciones, los servicios medioambientales o el acceso a la sociedad de la información. En este nuevo entorno, es clave el fomento del arte, el ocio y la cultura, ya que determinan, según Seisdedos, la capacidad de un centro urbano para atraer a la clase creativa, desde diseñadores a músicos o emprendedores, uno de los ingredientes esenciales para que una ciudad alcance un grado superior de desarrollo.

En sus conclusiones, el documento indica que entre las nuevas ciudades estrella desde el punto de vista cultural figuran Bruselas y Madrid, que tiene una "política cultural vibrante a precios asequibles" frente a Milán que presenta "una oferta cultural en retroceso con precios a la baja" mientras que Londres, París y Viena siguen siendo "mecas del peregrinaje cultural europeo y global, con una oferta cara y elitista.

Los hoteles más caros son los de Beijing y la ciudad donde se desembolsa más para comer es Sidney. La ópera y el ballet son más baratos en Nueva York donde, con una renta de 29.000 euros, los residentes pagan una media de 43 por entrada. A los bonaerenses, con una renta de poco más de 8.200 euros, este tipo de espectáculos les cuesta 10 veces más.

Si prefieres el rock o el pop, disfrutar de una actuación en directo en Montreal te costará una fortuna, unos 250 euros, pese a que la renta de los habitantes de esa ciudad canadiense es una de las más altas de entre las urbes estudiadas. En Bruselas, de renta similar, el mismo concierto te costaría una media de 52 euros. Londres se alza con el galardón de ciudad más cara. En la capital británica se paga una media de 12,24 euros por visitar un monumento, un coste muy superior al de otras urbes europeas.