Nueve de cada diez toxicómanos de Proyecto Hombre tiene problemas con la coca y el alcohol

Murcia.-  Nueve de cada diez drogodependientes tratados por la asociación Proyecto Hombre son adictos a la cocaína, o a esta droga en combinación con alcohol, con lo que la heroína ha pasado a ocupar un residual 1,8 por ciento de los casos de quienes ingresan en esta institución para desintoxicarse.

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(EFE)

El presidente de la asociación Proyecto Hombre, Jesús Hernández (i), junto a la delegada del Plan Nacional sobre drogas, Carmen Moyá.

Según señalaron hoy en rueda de prensa el director nacional de Proyecto Hombre, Jesús Hernández, y el presidente de la asociada fundación Solidaridad y Reinserción, Tomás Zamora, las personas tratadas en los cuatro centros de Murcia, El Palmar, Caravaca de la Cruz y Yecla que consumen sólo cocaína supusieron el 69 por ciento del total en 2007, frente al 42 por ciento que sumaban en 2006.

La falsa sensación de control que experimentan quienes esnifan cocaína durante los primeros años, que sienten que dominan la droga y asocian su consumo a fines de semana, momentos lúdicos o necesidades circunstanciales de un mayor rendimiento en el trabajo, se opone a la de los consumidores de heroína, que son conscientes desde el primer momento de que están enganchados, aseguró Hernández.

La memoria anual de 2007 de estas entidades refleja que un 15,5 por ciento de las personas tratadas consume alcohol y cocaína; un 8,9 por ciento, sólo alcohol; un 1,8 por ciento, cannabis, el 0,6 por ciento es ludópata y un porcentaje idéntico consume anfetaminas.

El perfil de drogodependiente que entra al centro es de varón de entre 25 y 30 años y consumidor de cocaína durante al menos 10 años.

No obstante, Hernández destacó la creciente llegada de mujeres con problemas con las drogas, pues si hasta hace pocos años la condición femenina era factor de protección respecto al consumo de drogas, hoy se ha convertido en variable de riesgo, con problemas añadidos como abusos físicos, psíquicos y sexuales, trastornos alimentarios y riesgo de pérdida de la tutela de hijos, si los hay.

Por ello, Proyecto Hombre puso en marcha un nuevo proyecto de atención exclusiva a mujeres drogodependientes por el que pasaron en 2007 20 usuarias, cuyo perfil era una edad de unos 32 años, soltera con hijos y estudios primarios, consumidora de alcohol y/o cocaína, sin problemas judiciales y, en el 70 por ciento de los casos, con un trastorno mental asociado a su adicción a las drogas.

También en los últimos años se ha modificado el perfil de las drogodependientes que ingresan en Proyecto Hombre, que han pasado de ser adictas a opiáceos a depender de la cocaína y del alcohol, tendencia que se observa también en los toxicómanos varones.

La institución atendió el año pasado a 381 personas, un 8 por ciento más que en 2006, y dio el alta terapéutica a 54 de ellas, frente a las 48 que superaron su adicción hace dos años de entre las 367 tratadas, al tiempo que informó y asesoró a unas 500 personas.

Dos personas en fase de rehabilitación presentes en el acto comentaron que "una vez que sales, ya sabes manejar los problemas y pedir ayuda cuando lo necesitas", y que "aunque salir no es fácil, tampoco es imposible, pero es necesario sacrificio y esfuerzo: quien de verdad quiere, puede hacerlo".

En su opinión, en Proyecto Hombre se trabaja mucho "la exigencia, la responsabilidad y la honestidad", se recuperan hábitos, horarios y habilidades sociales, y al principio "se pasan muchos monos: es una cuestión psicológica, y quieres escaparte, volver a lo mismo".

Así le ocurrió a quien pronuncia estas palabras, que dice que abandonó el tratamiento a los tres meses porque creyó sus propias mentiras, y volvió a iniciarlo cinco años después, tras sufrir maltrato psicológico y ser violada por su compañero sentimental.