Valentín Luján dice que "comenzó a jugar a los toros y de ahí arrancó mi profesión"

Palma.-  Valentín Luján, uno de los siete matadores de toros que Mallorca ha dado a la fiesta nacional, está celebrando estos días las bodas de plata de su doctorado, aunque ahora como banderillero y recuerda que todo empezó prácticamente como un juego, porque su padre trabajaba en el Coliseo Balear.

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(EFE)

Valentín Luján, uno de los siete matadores de toros que Mallorca ha dado a la fiesta nacional, está celebrando estos días las bodas de plata de su doctorado.

El 15 de julio de 1983, en la plaza de toros de Orihuela, donde tomó la alternativa, con un cartel de lujo, en el que tuvo como padrino a Francisco Ribera "Paquirri" y de testigo a José Antonio Ruiz "Espartaco".

Luján dejaba atrás tres temporadas triunfales como novillero en las que mató alrededor de cien reses y finalizó puntero en el escalafón tras intervenir en 42 festejos la temporada de 1982.

- Pregunta: Los buenos números continuaron en su primer año como matador de toros, ¿no es cierto?

- Respuesta: Sí, en mi primera temporada siguieron las contrataciones y toree 16 corridas. Pero 1984 fue el año de mi declive. Rompí con mi apoderado y tan sólo me vestí en dos festejos. Y así los años siguientes hasta que lo dejé.

- P: ¿Cómo se entiende que un novillero puntero no tenga opciones de matador de toros?

- R: La causa principal fue romper con mi apoderado Manolo Alcaraz. Otra razón importante es que de novillero yo vivía en la Península. Al dejarlo con Manolo me vine a Palma y lógicamente aquí es difícil que se acuerden de ti.

- P: Y un día decide bajar al escalafón de los banderilleros.

- R: Ves que no te hacen caso, toreas una corrida al año que no te da dinero ni prestigio, te aburres, y decidí hacerme banderillero. Lo tenía más fácil y de hecho he tenido bastante suerte.

- P: Como subalterno ha tenido actuaciones aplaudidas, ¿por qué nunca enrolado con una de las figuras?

- R: Estoy contento. Hago buenas temporadas con alrededor de las 50 corridas. Y sí, es verdad, no he ido fijo con ninguna figura, pero es que viviendo en Palma todo es muy difícil. Me conformo. Seguro que muchos de mis compañeros que viven en la Península no torean los 50 festejos anuales.

- P: Volamos a sus principios. Sin antecedentes taurinos familiares y viviendo en Palma, ¿cómo se puede entender su afición?

- R: Yo vivía muy cerca del Coliseo Balear y mi padre estaba empleado en los corrales de la plaza, así que cada tarde al salir del colegio me iba a ver entrenar con un buen número de profesionales que había en aquella época. Comencé a jugar a toros y de ahí arranco mi profesión.

- P: ¿Cuáles eran sus sueños por entonces?

- R: Quería ser otro Dios como entonces me parecían todos los matadores que pisaban el Coliseo Balear los domingos. Es que antiguamente existía este respeto hacia los toreros. Ahora ya no existe.

- P: ¿Alguien le ayudó a cumplirlo?

- R: Sin duda, mi apoderado Manolo Alcaraz. Él fue quién me lanzó. Gracias a él pude torear mucho, conocer a mucha gente del toro. Me enseñó el camino para que después yo pudiera circular por este mundo.

- P: ¿Qué toro, faena o momento destacaría?

- R: La alternativa fue bonita pero no salieron las cosas como yo deseaba. Recuerdo una corrida que maté con Dámaso Gonzalez y Espartaco en Torrevieja. Corté cuatro orejas y un rabo y este día si fue muy bonito.

- P: Considera que, en veinticinco años, en un mundo tan poco dado a evolucionar como es el del toro actualmente, ¿ha habido cambios?

- R: Para el mundo del toro,veinticinco años no son muchos. Bien es verdad que hoy hay buenos toreros pero en aquella época había diez o doce matadores de toros de primera fila que eran "perros",de verdad.

- P: En su "casa", la Plaza de Toros de Palma, sí que ha habido una evolución más bien negativa ¿no cree?

- R: Desgraciadamente sí. Nada tienen que ver estos últimos años con aquellas temporadas de mi niñez. Se intenta que la afición resurja, que vuelva otra vez a llenar la plaza, pero la afición no responde. No salen nuevos aficionados. Lo demuestra la respuesta a las recientes corridas que se han dado.

- P: Supongo que no procede preguntar cuándo se corta la coleta.

- R: Pues no, no procede. Ni me lo he planteado.