Detenidos los presuntos asesinos de un hombre que apareció amordazado en su casa

Madrid.-  Agentes de Policía Nacional han detenido a cuatro personas, tres mujeres y un hombre, todos de nacionalidad peruana, como presuntos autores del asesinato de un hombre de 84 años, que apareció amordazado y atado de pies y manos en su domicilio de Aravaca.

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(EFE)

Imagen de la entrada precintada a otro piso en Madrid, donde se produjo un asesinato.

Según ha informado la Jefatura Superior de Policía en un comunicado, los hechos tuvieron lugar el pasado 7 de mayo, cuando apareció el cuerpo sin vida de Víctor Laureano Garrido Rodríguez.

Estaba atado de pies y manos, amordazado con cinta de embalar y había sufrido golpes y contusiones; pero, en la primera inspección no se pudo determinar la causa de la muerte, que quizás fue causada por un infarto ante la situación que sufrió.

El Grupo V de la Brigada de Policía Judicial, especializado en la investigación de homicidios, se hizo cargo de las gestiones y concluyeron que el fallecido estaba considerado por las personas de su entorno como un hombre muy caritativo, que ayudaba e incluso daba alojamiento en su casa a personas necesitadas.

Asimismo, los policías averiguaron que en su casa trabajaba como asistenta Corina G.Z., peruana de 36 años, que dormía de vez en cuando en su domicilio pero que normalmente compartía piso con otras dos mujeres en la zona de Vallecas.

Tanto Corina G.Z. como sus compañeras Ana Isabel L.P., de 41, y Sofía D.Q., de 21, reconocieron en su declaración haber participado en los hechos que se investigaban.

Por otra parte, y como presunto autor material de los golpes, se ha detenido a Carlos Eugenio Z.C., ciudadano peruano de 37 años.

Según consta en las diligencias instruidas en el Grupo V de Homicidios, el móvil fue el robo.

Corina G. cobraba 50 euros por su trabajo en casa del anciano, que siempre le daba billetes muy nuevos, lo que le hizo pensar que tenía dinero en casa y buscó cómplices para robarle.

Acudió a la casa con sus dos compañeras de piso, para después franquear la puerta a Carlos Eugenio, quien maniató y amordazó al anciano y le golpeó, hasta causarle fractura de nariz.