Mauritania: entre el hambre y la violencia de al Qaeda

El golpe de Estado perpetrado contra el primer gobierno democrático de Mauritania es el último estallido de inestabilidad tras semanas de vaivenes políticos y fluctuaciones en la popularidad del ejecutivo.

(EFE)

Durante los últimos meses, sectores de la población mauritana, descontentos por la subida del precio de los alimentos, la sequía y las pobres cosechas, han cuestionado el liderazgo del presidente Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdelahi frente a la acuciante crisis económica. Los sectores hostiles al presidente han acusado al gobierno de corrupción y de falta de voluntad política para aliviar el sufrimiento de la gente, en un país que importa más del 70% de sus alimentos.

En mayo, Abdelahi renovó a los miembros de su gabinete, pero el nuevo equipo tuvo que dimitir el mes pasado por un voto de no confianza del parlamento. La última propuesta ministerial del presidente Abdelahi no fue apoyada por dos de los principales partidos opositores y, el lunes pasado, sufrió un duro vapuleo cuando medio centenar de diputados de su propio partido (PNDD-ADIL) abandonaron esa agrupación, supuestamente incitados tras bambalinas por altos mandos militares, entre ellos algunos generales responsables del golpe de hoy. Según diversos observadores, la decisión del presidente mauritano de destituir a la cúpula militar ha sido determinante en el violento desenlace.

Abdelahi ganó las elecciones el año pasado, en unos comicios calificados de "transición modélica" por los observadores internacionales. El nuevo presidente desplazaba así a una junta militar que había desbancado del poder al anterior presidente, Maouya Ould Sid Ahmed Taya, durante un golpe incruento en 2005.

Mauritania, un territorio dominado por el desierto y una de las naciones más pobres del planeta, tiene una historia de golpes militares desde su independencia de Francia hace cuatro décadas. El país descansa en el límite donde convergen el África negra con el África árabe, recostado sobre la vertiente oriental del Sáhara.

El año pasado, se convirtió en el país más joven en unirse a la liga de los productores de petróleo, con la explotación de yacimientos que empezaron a abrirse en el 2006. El territorio mauritano alberga además minas de cobre, hierro y oro. ArcelorMittal, Industries Qatar y First Quantum son algunas de las empresas con explotaciones mineras o proyectos en el país africano. Petronas de Malasia y la francesa Total ha iniciado la exploración del crudo.

Pero, pese a las esperanzas de prosperidad que despertó el descubrimiento de las reservas de petróleo y gas, Mauritania ha seguido viviendo en la más desesperante pobreza. Las expectativas con el crudo tampoco se han cumplido: la producción se inició con 75,000 barriles diarios pero ha caído desde entonces en cuatro quintas partes.

En el ojo del huracán

Si el país ha ocupado recientemente los titulares es por la serie de ataques perpetrados en 2007 contra soldados mauritanos y civiles extranjeros por el Brazo de Al Qaeda en el Magreb islámico (BAQMI, el antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, conocido como GSPC), que llevaron, por primera vez en su historia, a la cancelación del rally París-Dakar.

El director de la carrera Etienne Lavigne justificó su decisión de anular la prueba por el "clima de inseguridad" que reinaba después del atentado que costó la vida a cuatro ciudadanos franceses el 24 de diciembre en Mauritania.

Los ataques contra turistas y otros extranjeros y las declaraciones de portavoces del Brazo de Al Qaeda, que tiene gran penetración en la vecina Argelia, también han contribuido a desestabilizar al gobierno de Abdelahi. En diversos comunicados, el BAQMI ha criticado "la colaboración" del gobierno mauritano con los "cruzados, los apóstatas y los infieles", recurriendo a la frecuente terminología yihadista que suele utilizar en sus amenazas.

A principios de año, unidades de marines de Estados Unidos llegaron a Mauritania para entrenar al Ejército del país africano en tácticas de contrainsurgencia para contrarrestar lo que Washington considera un aumento de la amenaza de Al Qaeda en esa zona del continente. El proyecto de formación se enmarcaba en el acuerdo denominado Trans-Sahara Counter-Terrorism Partnership (TSCTP) establecido por la administración estadounidense para ayudar a los militares africanos a reforzar sus defensas frente a un potencial aumento de la violencia islamista.

Según diversos observadores, el golpe de hoy podría crear un marco que propicie aún más la penetración de simpatizantes del islamismo radical en Mauritania. El otro gran riesgo para sus habitantes es la pérdida de la ayuda internacional. El Comisario Europeo para la Ayuda, Louis Michel, ha condenado el incidente y ha amenazado con cancelar los 156 millones de euros que la UE había destinado al país africano para el periodo 2008-2013.