Un andaluz se convierte en el primer español en nadar un canal californiano

Los Ángeles (EEUU).-  Un ingeniero forestal de Málaga se convirtió hoy en el primer español en realizar a nado el paso del canal de Santa Catalina, en California, tras recorrer más de 40 kilómetros en una travesía nocturna similar en dureza al cruce del canal de La Mancha.

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(EFE)

El nadador e ingeniero forestal malagueño Christian Jongeneel.

Christian Jongeneel, de 34 años, empleó 9 horas y 14 minutos en llegar hasta la costa del continente americano desde la isla de Santa Catalina, en el área de Los Ángeles, después de una dura noche marcada por el oleaje y las frías corrientes de agua.

"Estoy contentísimo aunque esperaba que fuese más fácil", declaró Jongeneel a Efe, tras cumplir con su objetivo que suma a sus otras hazañas, como el doble paso del Estrecho de Gibraltar, el cruce del canal de La Mancha y una travesía en Siria.

Jongeneel es hijo de padre de origen holandés y madre andaluza, de Vélez-Málaga.

"Cuanto más te cuesta hacer las cosas más satisfecho estás", indicó exultante este experimentado nadador que tras salir del agua aseguró que "había sido la travesía más difícil que había hecho".

"Nunca había hecho una travesía de noche, pasas mucho frío y pierdes mucho la orientación, no ves bien a tu propio compañero y eso que llevas luces", confesó este andaluz que contó iba escoltado por un kayak y un barco.

"Llevaba tres horas nadando y deseaba que amaneciese", indicó.

La oscuridad y su concentración le impidieron ver los delfines que le siguieron durante una parte de su recorrido o una foca que asistió a sus últimas brazadas.

Ni los tiburones, ni las barracudas, ni las medusas existentes en la zona se interpusieron en su camino, aunque el mar le jugó varias malas pasadas.

"Las condiciones eran buenas cuando hemos salido - a las 0.00 horas del martes (7.00 GMT)- pero al dejar la isla pasé varios momentos de agobio por el oleaje. No veía bien ni el kayak ni el barco, que es lo peor que podía pasar -por el riesgo a perderse- y además físicamente no había calentado bien", señaló.

Jongeneel llegó incluso a ser golpeado dos veces por el kayak y pensó que se había roto la nariz.

"Escuché un crujido, pero seguí nadando", dijo este malagueño que iba equipado con varios tubos químicos fluorescentes y contaba como única protección con una capa de grasa que cubría su cuerpo para ayudarle a soportar el frío y el rozamiento con el agua.

En las postrimerías del reto, a pleno día y con la costa a la vista, Jongeneel se vio sorprendido por una caída anormal de la temperatura del mar, lo que contribuyó a minar su moral.

"El final parecía interminable, creía que no llegaba nunca. Además, el mar se enfrió hasta 16 grados de media, por debajo de los 17 del canal de La Mancha. Hasta los lugareños que nos acompañaban se sorprendieron. He pasado mucho frío y eso consume rápido las energías", afirmó.

Nada más finalizar, Jongeneel pasó un rato en una ducha de agua caliente y necesitó de varios tes para quitarse "la tiritona".

El reto tuvo momentos inolvidables para el malagueño, según explicó, como cuando el patrón de la embarcación, un escocés afincado en California, recibió el amanecer tocando la gaita. Una escena que el nadador contempló brevemente mientras hacía una pequeña parada para hidratarse.

El hecho de ser el primer español en completar con éxito esta travesía fue un motivo más de alegría para el andaluz, que cree que puede eso puede ayudar a "motivar a otros para que lo intenten", aunque duda mucho de que su logro le facilite obtener patrocinadores para sus próximas aventuras.

Jongeneel valoró en más de 13.000 dólares (9.000 euros) el gasto que supuso la experiencia, de los cuales la mitad salen de su bolsillo mientras que el otro 50 por ciento corre a cargo de su empresa EGMASA, una conservera y una tienda deportiva.

Aunque este ingeniero nada por diversión, su tiempo de travesía ha sido el segundo mejor del año y se ha convertido en el europeo más rápido en realizar este paso, que desde 1927 han completado ya 146 personas, entre ellas dos mexicanos en 1999, Antonio Argüelles y Nick Olmos-Lau.