Las respuestas a la tragedia de Barajas tardarán meses en llegar

Después de un accidente como el ocurrido el miércoles en Barajas, en el que han muerto 153 personas, hay una idea que ronda todas las cabezas: respuestas. Depurar responsabilidades, dar una explicación a las familias de las víctimas y, sobre todo, intentar que no vuelva a pasar es esencial. Para ello, es necesario que los equipos de investigación se coordinen rápidamente, a pesar de que, afortunadamente, este tipo de catástrofes no son habituales. Pero el tiempo corre en contra de los investigadores. Cualquier prueba, por pequeña que sea, puede ser esencial para averiguar qué pasó en aquel fatídico instante. Como el accidente se ha producido en España y la matrícula del avión es española, la responsabilidad de la investigación recae sobre las autoridades de nuestro país. Siete investigadores de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) dependiente del Ministerio de Fomento se han puesto en marcha. Será un proceso lento, podría durar meses, incluso años.

Desvelar el contenido de las cajas negras es fundamental.

Pero no están solos. La Comisión Europea, a través de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA en sus siglas en inglés), echará una mano al CIAIAC, según ha confirmado su director general, Manuel Bautista. No hay que olvidar que gran parte de la normativa aérea que afecta a la seguridad es común en toda Europa y, además, este organismo comunitario tiene asumidas importantes competencias en la supervisión en materia de seguridad.

No serán los únicos que colaborarán con el equipo español. Según un ingeniero aeronáutico experto en sistemas de una importante empresa aeronáutica, el país del fabricante del avión siniestrado, en este caso Estados Unidos, puede mandar una delegación para aportar sus conocimientos a la hora de investigar el accidente. El propio equipo del National Transportation Safety Board, la comisión investigadora estadounidense ha confirmado que cinco de sus investigadores de élite, acompañados por técnicos de FAA, Boeing y Pratt & Whitney, están dirigiéndose hacia Madrid para unirse cuanto antes a la investigación.

Una vez allí, su trabajo será recabar todo tipo de datos y analizar todos los factores que hayan podido influir en el accidente. Se tienen en cuenta el historial de la nave y de los miembros de la tripulación; se analizan exhaustivamente los restos del fuselaje y las piezas de la nave; se hace una reconstrucción del tráfico aéreo en el momento del accidente; se tienen en cuenta los datos del radar, las condiciones meteorológicas, y se interroga a los supervivientes, mientras se analiza su estado de salud teniendo en cuenta su ubicación dentro del avión, el lugar donde aparecieron, etc.

Sin embargo, la verdadera pieza angular que puede hacer que todos estos datos encajen es el estudio de las cajas negras, que ya están en manos del CIAIAC. Son dos, como es habitual en los aviones modernos, aunque según explica un ingeniero, no sería raro encontrarse las dos cajas negras, que por cierto son naranjas para poder ser localizadas con facilidad, integradas en una sola caja. Una de ellas contiene los datos del vuelo, como la evolución del motor, que podría decirnos en este caso si el accidente se produjo en verdad por un fallo en el motor derecho como apuntan algunos expertos. La otra caja es la que contiene las grabaciones de las conversaciones que tuvieron lugar antes del siniestro.

Antiguamente, la información contenida en estos aparatos tenía una duración muy limitada, de días, por lo que recuperar las cajas y analizar su contenido era una carrera contrarreloj. Hoy en día se les ha dotado de unos microcircuitos de memoria flash,que pueden almacenar la información durante varios años sin necesidad de energía. Su capacidad es de unos 80 megabytes, lo suficiente como para grabar dos horas de voces de cabina y cualquier movimiento que se produzca en el instrumental de vuelo durante un día entero. Todo esto está protegido por un potente blindaje de acero capaz de resistir aplastamientos y, por dentro, por un aislante térmico que protege de los incendios y las altas temperaturas.

El director de SAS, propietario de Spanair, ha confirmado que las dos cajas negras ya se han recuperado, aunque una de ellas está en muy mal estado. Así, el proceso de recuperación de los datos que hay dentro de la caja negra será lento y complicado. Según un ingeniero aeronáutico al que hemos consultado, durará mínimo un año, que podría convertirse en dos, a no ser que Spanair suministre un informe preliminar que ayude a frenar las especulaciones. Estos datos concuerdan con los de algunos expertos investigadores que aseguran que "puede llevar varios días escuchar media hora de grabación de voz de la cabina", ya que es necesario identificar a las personas que hablan, averiguar lo que dicen y analizar cualquier interacción que se detecte. La propia comisión de investigación estadounidense advierte siempre que analiza un siniestro, que los primeros resultados sólo se facilitarán pasados 12 o 18 meses. Para el fiscal jefe del caso, Emilio Valerio, este tiempo no será tan largo. En declaraciones este viernes a la Cadena Ser se ha referido a un tiempo mucho más corto. "Pensemos en un plazo de un mes, no me gustaría pensar que se va a retrasar mucho más", ha aventurado Valerio.

Después se comparan con las grabaciones de la torre de control. En este caso, según nos confirma personal del aeropuerto de Barajas, se han localizado todas las grabaciones sonoras de la torre de control. Algunas veces se graba el despegue desde el aeropuerto y las grabaciones sonoras se complementan con material audiovisual. Aunque no ha precisado su origen, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha asegurado que existen imágenes del accidente y que ya están en manos de los investigadores.

Investigaciones psicológicas

Otros accidentes de estas características demuestran que las causas psicológicas pueden influir mucho, por lo que es necesario que intervenga un especialista en el comportamiento humano (Human Performance Specialist).

Éstos son algunos de los accidentes en los que el factor psicológico ha sido determinante:

• En el accidente de Los Rodeos, por ejemplo, se habló mucho de que los factores psicológicos habían influido en el piloto de KLM, el comandante Van Santen, que pilotaba el Jumbo que colisionó con otro avión en el aeropuerto del Norte de Tenerife. Según explica, Bill Edmunds, experto en comportamiento humano, por un lado, los investigadores determinaron que el piloto podía haber sufrido el llamado 'síndrome de la prisa'. El comandante de la aeronave estaba a punto de cumplir con sus horas de trabajo debido a las continuas cancelaciones de su vuelo. Si no despegaba la compañía tendría que pagar indemnización por retraso y hotel a los pasajeros. Además, hay que añadir que las autoridades holandesas son muy estrictas en lo que a los horarios de los pilotos se refiere. Sabiendo todo esto y para no causar problemas decidió poner en marcha el aparato. Por otro lado, la investigación también esclareció que pudo sufrir 'el síndrome de formación', que no permite a los pilotos que pasan muchas horas formando a otros pilotos en simuladores de vuelo distinguir entre el mundo real y la simulación.
• Otro caso es el accidente de Singapur ocurrido en 1997 y en el que perdieron la vida 104 personas. El informe aseguró que la causa fue un piloto suicida, una versión que no comparte casi ningún investigador. Sin embargo, durante un primer momento, se tomaron muy en cuenta los factores personales del piloto, que había perdido mucho dinero invirtiendo en bolsa, y que unos días antes había firmado la póliza de un seguro de vida.