Gastón Szabo, un internacional uruguayo abocado a emigrar

Valladolid.-  Gastón Szabo es un internacional uruguayo que acaba de recalar en el Cetransa El Salvador, de Valladolid, aunque antes se vio obligado a vivir a caballo entre Uruguay, Canadá, Francia e Italia, debido al estado de la economía de su país y al carácter aficionado del rugby uruguayo.

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(EFE)

Gastón Szabo es un internacional uruguayo que acaba de recalar en el Cetransa El Salvador, de Valladolid, aunque antes se vio obligado a vivir a caballo entre Uruguay, Canadá, Francia e Italia, debido al estado de la economía de su país y al carácter aficionado del rugby uruguayo.

Ahora está en España para hacer lo que más le gusta, jugar al deporte del balón oval, pero es consciente de que su práctica no va a ser lo que le lleve el pan a la boca en un futuro. Por eso, tiene claro que en la capital vallisoletana puede haber encontrado el sitio ideal para mejorar sus cualidades y forjar una educación universitaria que inició hace tres años en Montevideo.

Y es que, el pasado noviembre, una lesión en el hombro le hizo plantearse su retirada con tan sólo 22 años. Pero, este verano, la oferta de El Salvador le sedujo hasta el punto de cambiar de idea, echarse la manta a la cabeza y cruzar el charco una vez más. "Extrañaba entrenar duro y jugar duro", argumenta.

"No tenía la idea de volver a jugar desde que en noviembre del año pasado me lesionase el hombro, pero El Salvador me convenció por el hecho de venir a un país con una cultura similar, a un rugby que está creciendo, con un buen proyecto y en un sitio en el que puedo estudiar sin la barrera del idioma", esclarece Gastón.

El ámbito empresarial es el que más le convence. Algo distinto a la profesión de su padre, un ingeniero de sistemas que dos años atrás optó por trasladarse junto a su familia a Canadá movido por un sueldo mayor en menos horas de trabajo. La crisis argentina de 2001 repercutió en un país "con la economía dañada y varios problemas sociales", subraya.

Pero él ya había abandonado Uruguay rumbo a Francia, donde militó durante dos meses en el Auch de la ProD2 francesa, al que llegó con la vitola de haber integrado la selección uruguaya en las categorías sub 19 y sub 20.

No consiguió adaptarse y su siguiente parada fue Italia, donde encontró "una cultura parecida y un rugby en expansión" a lo largo de dos años en los que jugó en tres equipos diferentes; Colorno Rugby, Módena Rugby y L'Aquila Rugby y obtuvo el pasaporte italiano.

Encontró lo que buscaba. Maduró y demostró que es un pilier al que le gusta "el contacto en la melé", algo que ya realizó en el Montevideo Cricket Club, la entidad en la que creció como jugador y la misma que tuvo que abandonar merced a la ausencia de profesionalismo que impera en el rugby uruguayo.

"En Uruguay se mantiene el carácter amateur. No hay nadie que sea profesional. Se hace muy difícil que los jugadores puedan dedicarse por completo al rugby. Eso sí, extraño jugar en mi antiguo equipo. Ver que el que está jugando al lado tuyo se rompe el alma", puntualiza Szabo, quien, tras una semana en Valladolid, admite que le sorprendió "cómo" le recibió "un grupo bastante serio".

También quedó impactado por la cantidad de extranjeros del equipo vallisoletano, lo que denota que "el rugby español está dando pasos hacia adelante". A su parecer, a los jugadores locales se pueden aprovechar de ello, ya que los fichajes foráneos "pueden aportar mucho y diferentes mentalidades".

Pero tiene claro que los jóvenes jugadores de aquí deben "sentir una retribución por jugar y esforzarse en los entrenamientos", como para él pudo significar el Mundial sub 19 que disputó con su selección (Francia, 2003). "No tiene precio", resalta.

En Valladolid cree que su rendimiento deportivo puede seguir creciendo y, de momento, una temporada repleta de partidos al disputar varias competiciones, así como el inicio del curso estudiantil ocuparán su tiempo libre, logrando así que su añoranza se mitigue.