La mujer cuya muerte se investiga presentaba los mismos síntomas que su hijo

León.-  La mujer, sobre la que la que se investiga si falleció a causa de la enfermedad Creutzfeldt-Jakob, la variante humana del mal de las "Vacas locas", sufría desde hacía meses "los mismos síntomas" que su hijo, quien murió por esta patología el pasado febrero y quien aparentaba un cuadro de depresión.

Así lo han asegurado hoy a EFE fuentes cercanas a la familia, quien han explicado que esta mujer, que fue enterrada en León el pasado jueves, estaba muy cansada, tenía dolores de cabeza y presentaba síntomas similares a los de su hijo, de 41 años, que falleció en el Hospital de Salamanca el pasado 7 de febrero como consecuencia de la enfermedad de Creutzfeld-Jacob.

A esta mujer, de 64 años, se le practicó la autopsia en León, después de morir en el hospital de la capital leonesa, ciudad en la que fue enterrada.

Las pruebas han sido remitidas al laboratorio de referencia en el que se analizan los tejidos en Alcorcón (Madrid).

Aunque se desconoce el resultado de las mismas, dichas fuentes han explicado que se sospecha que podría tratarse de la misma enfermedad que su hijo, dada que la sintomatología era la misma y los médicos no habían dado con la enfermedad tenía.

De confirmarse este caso, sería el tercero que se da en la provincia leonesa.

La mujer, casada y con tres hijos, uno de los cuales falleció en febrero, residía en el municipio de Cuadros desde hacía seis años aproximadamente, si bien con anterioridad vivía en la capital leonesa, donde se supone que compraba la carne hace entre ocho y diez años, los que supuestamente tardan en manifestarse la enfermedad.

Dichas fuentes han explicado que la mujer padecía una enfermedad neurológica desde hacía meses.

Una vecina de la ahora fallecida, M.G., ha explicado a EFE que últimamente no salía y que ella en concreto la última vez que la vio fue en el entierro del hijo, donde ya le veía "mal".

En cuanto a los otros dos hijos, uno residente en Ponferrada y otro en Valladolid, no quisieron dar explicaciones sobre este asunto.

Sin embargo, uno de ellos había explicado a EFE el pasado 7 de abril, cuando trascendió la muerte de su hermano, que la familia no tenía ganado, que no estaba en contacto con él y que hacía diez años vivían en León, donde su madre compraba la carne.

Por aquel entonces, el hijo había reconocido que habían comido alguna vez sesos del ganado, si bien restó importancia al asunto, ya que su consumo entraba dentro de los límites normales de cualquier familia.

El hijo, ya fallecido, residía desde hacía pocos años en una localidad de la ribera del Orbigo, era amante del deporte y seguía unos hábitos de vida saludable.

Igual ocurría con la madre, que llevaba una vida normal, según esta vecina, que sí reconoció que era un matrimonio que no salía mucho por el pueblo.

Los vecinos de la localidad en la que residía, de unos 700 habitantes, apenas conocían a la mujer.

En la actualidad, el marido ya no reside en esta localidad, mientras que la casa del pueblo está en venta.

La otra mujer que falleció en el hospital de León, también por el mal de las vacas locas, tenía 51 años y falleció el 28 de diciembre, tras sufrir durante meses síntomas similares a los del Alzheimer.