El hijo y los amigos de Argenta destacan la humildad y el compromiso del músico

Santander.-  Fernando Argenta, Teresa Berganza, Cristóbal Halffter y Joaquín Achúcarro han recordado hoy, entre risas y lágrimas, al director de orquesta Ataúlfo Argenta, a quien han definido como un hombre "humilde" pero "comprometido" con su época y quien logró, en la postguerra, acercar la música clásica al pueblo.

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(EFE)

El rector de la UIMP, Salvador Ordoñez; el periodista Fernando Argenta; el compositor Tomas Marco; el pianista Joaquin Achucarro; el compositor Cristobal Halffter; el pianista Luciano Gonzalez, de izda a dcha; el director del Festival Internacional de Santander, José Luis Ocejo (c) y la mezzosoprano Teresa Berganza (c- abajo).

Con motivo del 50 aniversario de su muerte, amigos, familiares y estudiosos de Ataulfo Argenta (Castro Urdiales, 1913-Los Molinos, 1958) se han reunido en el Palacio de la Magdalena, de Santander, para hablar de este músico, cuya muerte han dicho todos que fue una "desgracia" y quebró la posibilidad de que España hubiera tenido a uno de los mejores directores de orquesta del mundo.

"Él hubiera sido nuestro Karajan", ha asegurado Teresa Berganza, quien entre lágrimas ha dicho que toda su "pasión" y su "cariño" siguen con Ataúlfo Argenta. "Estarás vivo siempre", ha apostillado.

La mezzosoprano, que conoció al músico cántabro cuando tenía 14 años y cantaba en el coro Cantores de Madrid, ha añadido que Ataúlfo Argenta era "un artista con mayúsculas", del que "se gozaba cuando más se conocía".

"Para mí no ha habido nadie después de él, de Ataúlfo Argenta", ha aseverado la cantante lírica.

Cristóbal Halffter, quien ha mostrado su "tristeza" por tener que conmemorar la muerte de una "figura importantísima" de la cultura española, ha asegurado que Argenta hubiera podido cambiar "la provinciana y raquítica vida cultural de la postguerra española", que "durante muchos años se mantuvo en el absoluto raquitismo".

Ataúlfo Argenta hubiera impulsado "una nueva generación de músicos" que serían respetados en España y fuera del país, ha dicho el compositor español.

Halffter, que se ha echado a llorar al recordar cómo tuvo que amortajar el cadáver de Argenta el 21 de enero de 1958, se ha mostrado "seguro" de que España puede llegar a tener un director de orquesta "tan grande" como el músico cántabro, pero ha asegurado que será "difícil" encontrar a alguien que se ponga al servicio de la cultura de su país como él lo hizo. "Eso es lo que nos ha dejado", ha dicho.

Su hijo, Fernando Argenta, ha puesto la nota simpática de la tarde al asegurar que "desgraciadamente" no heredó ni el físico, ni la inteligencia, ni la musicalidad de su padre, aunque, más serio, ha destacado el haber heredado "la faceta pedagógica" que tenía Ataúlfo Argenta.

Fernando Argenta ha explicado que la pedagogía de su padre no iba destinada a enseñar, sino a que la gente le conociera, algo que ha dicho que consiguió en una España en la que la música clásica "era un desierto" y en donde "ser director de orquesta era como ser torero en Dinamarca".

Su hijo ha destacado también de Ataúlfo Argenta la humildad de su padre, ya que ha dicho que "nunca se olvidó del pueblo" y "nunca, nunca se sustrajo al espíritu popular".

"Todo el mundo le conocía y había oído hablar de él", ha afirmado Fernando Argenta recordando cómo un día iba al Monumental Cinema, de Madrid, y el taxista que le llevaba le calificó como un afortunado al haber encontrado una entrada para ver dirigir a Ataúlfo Argenta.

Con estas palabras y varias anécdotas sobre su padre, Fernando Argenta ha logrado sacar la sonrisa que habían perdido con sus recuerdos los amigos de su padre.

Entre estas anécdotas, Argenta hijo ha recordado cómo su padre le contó que se quedó estupefacto cuando durante un concierto en Pamplona, con la sala abarrotada y mientras la música de Brahms inundaba la sala, se rompió el collar de perlas de Carmen Franco y todos se pusieron a buscarlas.