Lissavetzky promete consolidar a España como potencia deportiva de referencia

Barcelona.-  Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, trazó hoy las bases de la "hoja de ruta" del Gobierno después de los Juegos Olímpicos de Pekín, en su intento de consolidar a España como potencia deportiva de referencia y de extender la práctica deportiva en la sociedad.

El presidente del Consejo Superior de Deportes pronunció en la sede central de La Caixa una conferencia titulada "El deporte español después de los Juegos Olímpicos de Pekín" en la que presentó las bases de la política deportiva del Gobierno, destinada tanto a impulsar el deporte profesional como a potenciar el deporte de base y 'amateur'.

Lissavetzky apeló a la "ambición responsable" como guía del deporte español. "Pekín no ha sido un punto de llegada ni un punto de partida, ni siquiera un punto de inflexión ni un cambio de modelo", aseguró antes de invitar a trazar análisis más moderados: "sería un error caer en la autocomplacencia o ser pesimistas porque ha habido más luces que sombras".

En Pekín, España ha disfrutado de un "avance, un empujón y un salto firme", pese a no haber podido dar "el gran salto que esperamos dar en un futuro".

Lissavetzky destacó especialmente el papel de los deportes de equipo. España, bronce en balonmano y plata en baloncesto y hockey hierba, "es el país número uno de Europa en deportes de equipo", según el secretario de Estado para el Deporte, que citó un texto del 'Financial Times' como prueba de la buena salud del deporte colectivo: "a diferencia de China y el Reino Unido, España gana en los deportes que más interesan a la sociedad actual", explicó.

Entre las "sombras" de la actuación española, Lissavetzky se refirió a "la natación, el atletismo o el judo" y admitió que España debe trabajar para "impulsar la práctica del deporte femenino" pese a que "cuando se han hecho esfuerzos, se han logrado resultados, como en la natación sincronizada o el doble de tenis".

Lissavetzky subrayó que la rentabilidad del plan ADO en relación al número de medallas obtenido en Pekín (18 metales) ha sido "muy razonable".

De Pekín en adelante, Lissavetzky prometió una serie de medidas encaminadas a mejorar el estado del deporte español. Las resumió en cinco apartados: la extensión de la práctica deportiva, el fortalecimiento del sistema español, la consolidación de España como potencia deportiva, el impulso de la influencia del deporte en la sociedad y la potenciación de la proyección internacional del deporte español.

Para consolidar a España como referencia deportiva mundial, Lissavetzky apuntó la necesidad de "avanzar en la tecnificación" y aumentar las inversiones en las instalaciones deportivas. "Tenemos siete centros de alto rendimiento en toda España y 36 de tecnificación. Debemos seguir invirtiendo y ampliando los acuerdos". El dirigente recordó los "36 millones de euros" de inversión conjunta con la Generalitat en el CAR de Sant Cugat del Vallés.

También abogó por "individualizar el trabajo de las federaciones" apelando al "decreto del deportista de alto nivel", firmado en julio de 2007 y herramienta que debe servir para "mejorar el servicio de atención al deportista y su relación con la administración". En tal sentido, insistió en que el Gobierno impulsará "préstamos a interés cero y medidas de apoyo individualizadas" a los deportistas.

En su intento de promocionar el deporte entre los jóvenes, Lissavetzky anunció la creación de una "plataforma tecnológica" coordinada con Televisión Española para atraer a los jóvenes. "Queremos crear un club del deportista en el que los jóvenes compartan información, que exista una conexión entre ellos". El objetivo a medio plazo es evitar "que muchos chicos dejen de hacer deporte a los 16 años, cuando acaba la enseñanza obligatoria".

Para extender la práctica deportiva en España, el secretario de Estado subrayó la importancia del "plan de promoción de la actividad física y del deporte" y de la concienciación social "en cuanto a la relación que existe entre deporte y salud".

El representante deportivo del Gobierno anunció asimismo la intención de llevar a cabo un "congreso europeo sobre deporte" cuando España ostente la presidencia de la Unión Europea y recordó que el éxito de la candidatura de Madrid 2016 podría suponer "una segunda transición real del deporte español, el gran salto que beneficiaría a todos" después del impulso de Barcelona 1992.

También insistió en su intento de crear "el libro blanco del deporte profesional" en España, "que debería incluir aspectos fiscales, mercantiles, audiovisuales u organizativos".

Cuestionado por las medidas fiscales que permitan a las empresas invertir en deporte con mayor seguridad, Lissavetzky se mostró partidario de "facilitar que esas inversiones tengan un tratamiento fiscal favorable" a través de medidas como la de "considerar un acontecimiento de interés especial" los eventos deportivos "o la preparación olímpica y paralímpica para que lo que se invierta en publicidad tenga un retorno para la empresa".

"Pero tenemos una ley del mecenazgo que posiblemente haya que revisar", concedió, "es una asignatura pendiente porque entre otras razones, nos falta la cultura anglosajona del patrocinio". "Ahora mismo, no podría adquirir un compromiso real sobre desgravación fiscal en este tipo de inversiones", admitió.