Las víctimas del terrorismo reclaman desde la ONU que no se les olvide

Naciones Unidas.-  Las víctimas del terrorismo reclamaron hoy en la primera reunión mundial sobre esta materia organizada por la ONU que se les reconozca internacionalmente, para evitar que se las arrincone y su sufrimiento caiga en el olvido.

La reunión convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dio por primera vez a 18 víctimas del terrorismo y 10 expertos de los cinco continentes una plataforma internacional para debatir sobre cómo lograr un mayor reconocimiento a las personas que padecen este flagelo.

La ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Íngrid Betancourt, que fue la oradora principal de la jornada, instó a que la ONU proporcione un estatus internacional a las víctimas del terrorismo, que les permita salir del anonimato y les ayude a reivindicar sus derechos.

"El mayor peligro para las víctimas del terrorismo es que se les olvide", aseguró Betancourt, quien estuvo por más de seis años en manos del grupo guerrillero hasta que fue rescatada por el Ejército colombiano en julio pasado.

La ex candidata presidencial colombiana consideró que es un deber "indispensable" que se reconozca a las víctimas en la legislación internacional.

Tanto en su intervención como en una conferencia de prensa posterior, Betancourt abogó por establecer vías de diálogo con los terroristas cuando se puedan salvar vidas y sin comprometer principios básicos.

"Si no se habla, cuál es la alternativa", se preguntó la ex rehén, quien indicó que después de su liberación se ha dado cuenta de que el mundo "vive rodeado por el miedo", lo que paraliza la toma de decisiones arriesgadas y a menudo políticamente difíciles como hablar con grupos terroristas.

"Una manera de superar ese miedo es dialogando", insistió.

En esa misma comparecencia, Ban se comprometió a analizar con sus asesores la posibilidad de poner en práctica la propuesta de Betancourt, ya que "es una sugerencia muy válida".

Ban también instó a la comunidad internacional a afrontar con "mayor firmeza" la asistencia a las víctimas y la lucha contra el terrorismo, una materia particularmente polémica entre los 192 miembros de la ONU, que hasta el momento no han podido consensuar una definición precisa de terrorismo.

Algunos participantes en la reunión abogaron por la elaboración desde la Asamblea General de una declaración universal de los derechos de las víctimas del terrorismo que asegure su respeto en todo el planeta.

También se propuso la creación de un fondo mundial de compensación administrado por Naciones Unidas que se alimente de los bienes confiscados a organizaciones terroristas y entidades que las asisten.

Las 18 víctimas invitadas tuvieron oportunidad de relatar sus experiencias durante al reunión y enviar sus mensajes a la comunidad internacional.

Entre ellos había víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU., del asalto en 2004 a la escuela rusa de Beslan o del atentado en 2005 contra varios hoteles de Amán.

El australiano Ben Borgia, que perdió a su madre y su hermana de 13 años en los atentados en Bali de 2002, aseguró que "hay que dialogar, hay que hablar, tenemos que querernos entre todos".

Henry Kessy, quien resultó herido en el atentado contra la embajada de EEUU en Tanzania de 1998, llamó la atención sobre las precarias condiciones físicas y mentales en las que quedan las víctimas del terrorismo en países pobres.

El presidente de la Asociación española de Víctimas del Terrorismo (AVT), Juan Antonio García Casquero, pidió, sin embargo, que no se negocie con grupos terroristas y señaló que foros como el de hoy son importantes para hacer pública las penosas condiciones a las que la violencia condena a sus víctimas.

"Vemos que hay muchísimos en el mundo que no tienen las necesidades existenciales cubiertas, por lo que para nosotros es importante que quede constancia de estas realidades", apuntó.

En su discurso de apertura, Ban Ki-moon, señaló que toda víctima del terrorismo merece solidaridad y reconocimiento social.

"El terrorismo es mundial. Puede afectar a todo el mundo, en cualquier sitio. Tiene entre sus objetivos a grupos étnicos, religiones, nacionalidades y civilizaciones. Ataca a la propia humanidad", afirmó.