"Ike" amenaza las refinerías del Golfo de México y paraliza el bombeo

Washington.-  La producción de petróleo y gas del Golfo de México está paralizada y sus plataformas desiertas a la espera del embate del huracán "Ike", que presenta un peligro especial para las refinerías.

Con un diámetro de 1.500 kilómetros, el ciclón ocupa prácticamente todo el Golfo de México y se dirige al corazón petrolero de Estados Unidos.

En la zona alrededor de Houston, incluido el canal que une a su puerto con el mar, hay nueve refinerías, que producen un 14 por ciento del combustible estadounidense.

Todas ellas están cerradas, lo que ha retirado del mercado 2,5 millones de barriles al día, dijo a Efe Rayola Dougher, economista del Instituto de Petróleo Estadounidense.

Esas instalaciones son el eslabón más débil de la cadena de producción y potencialmente las que sufrirán más por "Ike".

"Las refinerías no se caen, pero se inundan y pierden energía", explicó Sarah Emerson, directora gerente de Energy Security Analysis, una consultora.

En cambio, los analistas creen que las más de 800 plataformas petroleras en el mar, construidas para soportar los periódicos huracanes que azotan la zona, aguantarán bien el embate de los vientos.

"No va a tener un gran impacto en la producción", predijo Emerson.

Más del 97 por ciento del bombeo de crudo y del 94 por ciento de la producción de gas natural del Golfo de México están paralizados, según dijo hoy el Servicio de Gestión de Minerales (MMS, por su sigla en inglés), una agencia gubernamental.

Sin embargo, las operaciones podrían restablecerse en cuestión de días si no hay daños graves, según los expertos.

En las bolsas la debilidad económica mundial ha pesado más que "Ike" y el barril de crudo de Texas cayó brevemente por debajo de los 100 dólares, mientras que el gas natural y la gasolina subieron.

En la zona del Golfo, el combustible llegó hoy a 5,5 dólares por galón (3,8 litros) en algunas gasolineras, unos dos dólares más que la media nacional.

Incluso si las refinerías no sufren daños, tardarán entre una y dos semanas en retomar las operaciones, más tiempo que las plataformas de extracción, señaló Dougher.

"Apagarlas no es simplemente dar a un botón, requiere muchos pasos y los oleoductos también están cerrados", explicó.

Además, las inundaciones son un peligro muy real.

La marea subió hoy por la mañana más de 1,5 metros y podría llegar a 7,5 metros, al tiempo que se espera que caigan lluvias de entre 2,5 y cinco centímetros, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.

Las instalaciones petroquímicas en Texas City, Baytown y a lo largo del canal marítimo de Houston, en la parte inferior del río San Jacinto, están tan solo a entre 1,5 y tres metros de altura sobre el nivel del mar.

Por si hubiera dudas, el Servicio Meteorológico Nacional de Galveston, en cuyas cercanías se prevé que el huracán toque tierra en la madrugada del sábado, alertó de que "posiblemente comunidades costeras enteras (...) sufrirán inundaciones".

La subida del agua y la falta de electricidad dejó fuera de servicio a refinerías durante meses después del huracán "Katrina", en 2005, que afectó a instalaciones que producían 1,8 millones de barriles al día, 0,7 millones menos que las que están en el camino directo de "Ike" ahora.

Como en esa ocasión, el Gobierno podría responder a interrupciones en el suministro de petróleo abriendo el grifo de su Reserva Estratégica de Petróleo, donde se acumulan más de 700 millones de barriles.

Ayer el departamento de Energía anunció que prestó 380.000 barriles de esa reserva a refinerías en el medio oeste y Luisiana que habían solicitado el crudo para responder a problemas de suministro creados por el huracán "Gustav".

Las instalaciones petroleras del Golfo de México aún no habían restablecido la producción, luego del paso de ese ciclón que tocó tierra en Luisiana con categoría dos hace diez días, cuando han tenido que interrumpir las operaciones de nuevo.

"Ike" es mucho más voluminoso que su antecesor y aunque ahora también tiene categoría dos, al estar alimentado por vientos de 165 kilómetros por hora, podría llegar a categoría tres antes de llegar a la costa, según el CNH de EE.UU.