Westwood apuesta por el eclecticismo para mujer intrépida

Londres.-  La diseñadora británica Vivienne Westwood sorprendió hoy con una colección ecléctica, inspirada en el exotismo étnico, que pretende servir de segunda piel a una mujer intrépida.

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(EFE)

Una modelo camina por la pasarela durante el desfile de la diseñadora británica Vivienne Westwood, en el marco de la Semana de la Moda de Londres (Reino Unido).

Fiel a su libertad creativa, y a diferencia de otros diseñadores que han sido más cautos para la temporada de primavera y verano de 2009, Westwood ha ideado un universo inclasificable, debido a su variedad de formas, colores y tejidos.

Sin embargo, la de hoy no ha sido la propuesta más transgresora de la polémica artista, quizá consciente de que no se puede poner toda la carne en el asador en medio de una crisis económica.

Con una mirada étnica y cierto aire de nostalgia por Inglaterra, Westwood ha diseñado pantalones, vestidos, camisetas, camisas, trajes de chaqueta, rebecas, fulares, bolsos y joyas para que la mujer celebre la llegada del buen tiempo.

Cientos de personas abarrotaban el Brompton Hall de Londres, donde se celebró el desfile, uno de los más esperados de la London Fashion Week.

Llegado el momento, el jaleo en el auditorio cesó, las luces se apagaron, se oyeron gritos de órdenes dirigidos a las modelos y, tras unos segundos de ansiedad, el espectáculo comenzó.

Pese a la heterogeneidad de los diseños, las prendas comparten comodidad y ligereza, son bastante deportivas, asimétricas, coloridas y estampadas.

Los pantalones bombachos y los vestidos se adhieren a la cintura y son, también para Westwood, los protagonistas de la temporada.

La creadora juega con retales de tela para trazar siluetas con forma de picos, lazos, drapeados, nudos y capuchas -que recuerdan a las de las chilabas árabes-.

Los vestidos, sobre todo en los escotes, las mangas y el borde de la falda, tienen mucha caída y están hechos de tejidos fluidos que, en ocasiones, forman volantes y cortes geométricos.

Multitud de colores han desafiado el fondo negro de la pasarela -hubo mucho azul-, aunque las tonalidades son apagadas, destacando el contraste de los complementos metálicos y cediéndole la intensidad a unas prendas brillantes muy futuristas.

También ha habido un hueco para los estampados, de rayas, cuadros y flechas, mezclados con mucha osadía.

Westwood ha utilizado para sus diseños tejidos finos, con la intención de sortear el calor, como lanas de verano, sedas satinadas, algodón y viscosilla pintada.

La creadora se ha permitido la licencia de no marcar pautas y ha creado modelos de faldas con variados largos -incluido el "mini-, múltiples mangas -sisas, cortas, al codo o largas- y diferentes rebecas -anchas y largas o cortísimas toreritas-.

Pasa lo mismo con los escotes y los zapatos -desde botas a sandalias plateadas, pasando por cuñas de madera, todas ellas con un tacón de altura no muy elevada-.

Especialmente sorprendente ha sido la nueva concepción de trajes de chaqueta para ejecutivas que no temen arriesgar con diseños más sueltos y de geometría desigual.

La diseñadora ha sido más que generosa con los complementos, entre los que había fulares con flecos, grandes pendientes, muchos cinturones, gorros, gafas, calcetines y grandes bolsos.