París descarta una política de ajuste y renuncia a reducir el déficit público

París.-  El Gobierno francés presentó hoy su proyecto de presupuestos para 2009, en el que abandona el objetivo de reducir el déficit, lo que se encuentra en línea con su rechazo a aplicar una política de ajuste para evitar agravar los efectos de la crisis financiera.

El déficit público en 2009 será del 2,7% del Producto Interior Bruto (PIB), según el proyecto de ley de finanzas aprobado por el Consejo de Ministros, la misma cifra que se prevé ahora para este año, cuando el Ejecutivo se había comprometido a disminuirlo al 2,5% en 2008 y al 2% en 2009.

Aunque no se supera el límite de déficit que el Pacto de Estabilidad fijaba en el 3% del PIB, eso supone la renuncia al equilibrio de las finanzas públicas en 2012, cuando de acuerdo con el escenario actual seguirá habiendo un déficit del 0,5% del PIB, de acuerdo con las proyecciones oficiales.

Francia se había fijado 2012 como horizonte para lograr su equilibrio presupuestario, dos años más tarde de lo que le habían pedido inicialmente tanto la Comisión Europea como sus socios de la UE apoyándose en el Pacto de Estabilidad.

El ministro del Presupuesto, Eric Woerth, reconoció que los números rojos de la Administración del Estado serán "más importantes de lo que preveíamos", en concreto unos 49.000 millones de euros este año, en lugar de los 41.400 millones esperados hasta ahora. Y para 2009 la cifra subirá a 52.000 millones.

La deuda pública, que en los dos últimos ejercicios había disminuido hasta el 63,9% del PIB, volverá a incrementarse al 65,3% en 2008 y al 66% en 2009, similar al pico del 66,4% de 2005.

Ese escenario se basa en la hipótesis de que la economía francesa crecerá un 1% tanto este año como el próximo, y lo hará a un ritmo del 2,5% en los tres siguientes.

Woerth admitió que "no se puede tener un crecimiento del 1% y luego continuar creando empleos" y tampoco se puede "desarrollar" el poder adquisitivo.

Algo que quedó confirmado con dos datos macroeconómicos anunciados hoy: la economía francesa retrocedió un 0,3% en el segundo trimestre del año y en agosto el número de demandantes de empleo apuntados en las oficinas del paro creció en una cifra de entre 30.000 y 40.000 personas.

El proyecto de presupuestos establece un año más la congelación del gasto público si se descuenta el impacto de una inflación augurada del 2%, y eso significará, entre otras cosas, una reducción de 30.600 puestos de la Administración Pública, mediante la no sustitución de uno de cada dos funcionarios que se jubilen.

Otro de los elementos claves es el parón de las rebajas de impuestos y el mantenimiento de la presión fiscal.

Por ministerios, el que saldrá peor parado es el de la Vivienda, con una caída de los fondos del 6,9%, hasta 7.640 millones de euros, que entre otras cosas deberán permitir la financiación de 120.000 viviendas sociales de alquiler, además de otras ayudas para acceso a la propiedad.

En términos absolutos el departamento con la mayor disminución de su partida presupuestaria será el de Trabajo (620 millones de euros menos, hasta 12.480 millones).

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió ayer, en un discurso dedicado a la situación financiera internacional y a sus consecuencias para Francia que "la crisis no ha terminado, tendrá consecuencias duraderas sobre el crecimiento, el paro, el poder adquisitivo".

En ese contexto, aseguró que "en la situación en que se encuentra la economía, no dirigiré una política de austeridad que agrave la recesión", y así "si la actividad retrocediera fuertemente y de forma duradera, no dudaré en tomar las medidas necesarias para apoyarla".

Desde la oposición socialista, la ex candidata a la presidencia de la República, Ségolène Royal, criticó hoy las palabras de Sarkozy, ya que aunque dijo que comparte su "constatación" sobre la situación económica, consideró "grave la diferencia entre el discurso y los actos".