Feliz 12 cumpleaños: eres adoptado

Pilar tiene dos hijos. La pequeña tiene diez años, es adoptada y lleva ocho años con ella. Como la mayoría de las familias que adoptan, la de Pilar decidió no ocultarle a la niña que no era su hija biológica desde el primer momento "porque es lo más natural". Pero además del sentido común, los padres que deciden adoptar podrían tener otra razón para contarles la verdad: una ley que se está ultimando en Cataluña y que les obligará a hacer saber a sus hijos si son adoptados.

(EFE)

La norma se encuentra dentro del anteproyecto de ley del Libro II del Código Civil de Cataluña, que está siendo estudiado por el Departamento de Justicia de la Generalitat. El texto ha acabado su periodo de exposición pública y está previsto que se apruebe a lo largo del próximo mes de noviembre. La ley establece que los padres tendrán que comunicarles a sus hijos que son adoptados en el momento en el que estos tengan madurez suficiente para comprenderlo o —como muy tarde— cuando los niños cumplan 12 años.

Hasta el momento, ninguna ley española recoge el derecho de los niños a saber si sus padres son biológicos y adoptados. Sin embargo, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como los psicólogos infantiles, las instituciones que llevan a cabo los trámites de adopción y las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (ECAI) recomiendan a los padres contar la verdad a los pequeños desde el principio.

"Me parece buena idea que los niños tengan derecho a saberlo pero también creo que es una responsabilidad de los padres. Personalmente, la mayoría de las familias adoptantes que conozco le han contado la verdad a los críos. Pero si deciden no hacerlo, creo que obligarlos a contárselo a los 12 años como muy tarde no es buena idea. A esas edades, los chavales tienen las hormonas revolucionadas y probablemente no sepan encajar una bomba como ésa", asegura Pilar.

Una cuestión moral

Ana es el nombre supuesto de una abogada especialista en adopciones. Trabaja en una ECAI y tiene una pequeña adoptada. Tanto ella como Raquel —una psicóloga acostrumbrada a tratar con familias adoptivas— consideran que regular estos aspectos es exagerado y significa una intromisión en el ámbito privado. "Es un tema que pertenece a la moral de cada familia. Por supuesto que estoy a favor de que los niños lo sepan pero no de que se obligue a través de una ley. A efectos legales los hijos adoptados son iguales que los biológicos. Creo que es una intromisión innecesaria, no sólo desde el punto de vista de una madre sino también desde el de una abogada", asegura Ana.

Carmen también cree que esta medida es excesiva. Ella tampoco se lo ha ocultado a su hijo de cinco años, nacido en Brasil. "Es igual que si obligaran a una mujer a contarles a sus hijos quién es su verdadero padre, en el caso de que no sea quien ellos creen", indica Carmen. Ella coincide con Ana y con Pilar en que esta ley no es necesaria hoy en día. "Las familias de ahora no tienen nada que ocultar, no como las de antes, que preferían no decirlo por el qué dirán", dice Ana.

Hasta que no se desarrolle la ley, queda por ver cómo piensa comprobar la Generalitat de Cataluña que los padres adoptivos les han contado la verdad a sus hijos y cuáles serán las sanciones para los que no lo hagan. ¿Llamarán uno a uno a los niños en su 12 cumpleaños para preguntárselo?