Jesús Millán corta una oreja "de local" en una "miurada" nada fácil

Zaragoza.-  Una oreja para Jesús Millán fue el único apéndice concedido en la tarde, en la complicada corrida de Miura que puso hoy fin al ciclo pilarista en Zaragoza, trofeo que tiene carácter "de local".

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(EFE)

El diestro Jesús Millán da un pase de pecho al segundo de su lote, durante la última corrida de la Feria del Pilar de Zaragoza celebrada esta tarde en la Plaza de la Misericordia, en la que compartió cartel con José Pedro Prados "El Fundi" y Rafael Rubio "Rafaelillo", y se lidiaron reses de Eduardo Miura.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Miura, bien presentados, grandes por altos y largos, y bien armados. Corrida con movilidad, aunque faltó franqueza en las embestidas. Los más toreables, los dos primeros y el último. El más complicado, que incluso tuvo peligro, fue el quinto. Tercero y cuarto, tampoco dieron facilidades.

José Pedro Prados "El Fundi: media estocada y descabello (ovación tras un aviso); y estocada y cinco descabellos (ovación tras un aviso).

Rafael Rubio "Rafaelillo": gran estocada (ovación); y estocada perpendicular y caída que escupe (ovación).

Jesús Millán: pinchazo y buena estocada (una oreja); y bajonazo (aviso y vuelta tras petición, con abucheo "al palco" por denegar el trofeo).

En cuadrillas, saludaron montera en mano Francisco Javier Rodríguez en el tercero y José Mora en el quinto.

La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde espléndida, con la capota sin echar.

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ARROJO Y PUNDONOR

La típica corrida de Miura, de impresionante fachada. Aunque lo peor fueron las intenciones. Se movieron los seis toros, pero sin estilo. Fue más el esfuerzo de los toreros, a pesar de que el reconocimiento se hizo patente sólo en el de la tierra.

"El Fundi" no le dudó ni un momento al primero, que se frenaba mucho por el derecho, amagando constantemente. No perdonaba errores el "miura", ni tampoco el de Fuenlabrada se dejó ganar la pelea. Tuvo mucho fundamento el trasteo por el lado izquierdo, exprimiendo más allá de las posibilidades que brindaba el toro.

El cuarto no humillaba ni terminaba de pasar, reponiendo constantemente las embestidas. No valían confianzas. "El Fundi" estuvo hecho un jabato con él. Muy puesto y dispuesto, terminó pegándole pases impensables.

A "Rafaelillo" no le afectó el pánico de su cuadrilla para banderillear al segundo de la tarde, primero de su lote. Pasaron los hombres "las de Caín", y pasaron siempre "rejoneando", dejando "los palos" de uno en uno.

El toro tuvo diez o doce arrancadas, mejor por el pitón izquierdo. Y "Rafaelillo" estuvo ahí muy firme, muy seguro y poderoso. La faena duró más que el toro, es decir, "Rafaelillo" aguantó lo indecible. La estocada final es de las que van a contar para los jurados en el premio a la suerte suprema.

El quinto fue el peor del envío con diferencia. Un "miura" con guasa al que "Rafaelillo" saludó con una larga afarolada, instrumentándole a continuación estimables lances a la verónica. En la muleta no hubo opción. En los dos primeros pases el toro le puso los pitones en el cuello. Toro incierto que se venía cruzado por los dos pitones. Aquí no hubo más que estar dispuesto mientras le buscaba la igualada.

Jesús Millán estuvo muy arropado toda la tarde por el paisanaje. No fue fácil su primero, frenándose en el centro de las suertes, quedándose debajo y buscando. El hombre hizo el esfuerzo, y con oficio y valor acertó a salir indemne del trance. Pinchó en el primer envite con la espada, y agarró por fin un espadazo que tiró al toro patas arriba. Hubo muchos pañuelos en demanda del trofeo que el presidente no tuvo más remedio que conceder.