Democracia por internet: ¿Quién se atreve?

Desde votar a cotejar electrónicamente si los políticos han cumplido sus programas electorales o mejorar la transparencia de la gestión pública, las nuevas tecnologías se están convirtiendo en una dimensión clave de la vida política.

lopolis (flickr)

Los parlamentos de Cataluña y Lituania han celebrado debates online sobre las regulaciones para los fumadores, Suecia y Estonia han explorado el voto electrónico, muchos otros países han introducido el pago de impuestos por internet y las consultas ciudadanas por vía electrónica han experimentado un boom.

Pero el uso de la red como herramienta de las democracias también plantea importantes desafíos que centran el encuentro internacional convocado por el Consejo de Europa en Madrid este miércoles.

En la era de internet, cuando una generación ya no recuerda la primera vez que envió un correo electrónico o navegó por la red porque nació en un mundo donde ya existía esa tecnología, los expertos afirman que hay incertidumbres significativas sobre las ventajas que los recursos electrónicos pueden aportar a las instituciones democráticas.

«¿Servirán para involucrar más directamente a los ciudadanos? ¿Crear y fortalecer a las comunidades por su conexión online? ¿Ayudar a que esas comunidades compartan mejor sus recursos?», preguntaba William Dutton, Director del Instituto de Internet de Oxford.

Durante su intervención Dutton afirmó que el potencial de la democracia electrónica es enorme -en particular en el continente europeo donde un 48% de los hogares ya disponen de alguna forma de acceso a internet- pero alertó también sobre sus riesgos, que agrupó en tres bloques:

• Privacidad. Los gobiernos ofrecen herramientas electrónicas a los ciudadanos para incrementar su participación pero estos sienten que, al usarla, están siendo «vigilados» por las autoridades. El peligro es más significativo en las democracias más jóvenes.
• Individualismo. Los recursos electrónicos que ofrecen las autoridades a los ciudadanos fomentan que estos se involucren desde la soledad de su dormitorio y establezcan vínculos exclusivamente bilaterales con el estado en lugar de propiciar las relaciones de toda la comunidad con las instituciones.
• Confusión. La sobreabundancia de información y de fórmulas de participación en la política pueden generar dispersión y hacer que las vías de comunicación entre los políticos y los ciudadanos en lugar de mejorar se atoren o sean menos eficaces.

Además, recordó que no se puede obviar la brecha digital que no sólo margina a los pueblos que carecen de tecnología frente a los que la disfrutan, sino que marca diferencias también dentro de los países entre aquellos ciudadanos que tienen acceso a internet y los que no.

Por su parte, Johan Gorecki, co-fundador de Skype, subrayó la amenaza procedente de los abusos perpetrados por los grupos extremistas, entre ellos los terroristas islámicos, y que internet facilita. Sin embargo, el empresario sueco destacó las ventajas que ofrece la red sobre sus riesgos y agregó que la tecnología y los negocios avanzan muy rápido mientras que los políticos se mueven muy lentamente. "Los gobiernos necesitan trabajar más y más deprisa con la red", concluyó.