La consejera de Igualdad pide extremar las alertas en las separaciones amistosas

Vícar (Almería).-  La consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, ha lamentado el crimen de violencia machista cometido en Motril (Granada) y ha pedido que se extremen las alertas ante las separaciones amistosas que, como en el caso de Rosario G.R., pueden convertirse en una "trampa".

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(EFE)

El alcalde de Motril, Carlos Rojas (c), durante la concentración de repulsa por el crimen de violencia machista perpetrado en la localidad.

En declaraciones a los periodistas en Vícar (Almería), Navarro ha confirmado que en este caso existía una orden de alejamiento contra el presunto autor de la muerte de la almeriense y que posteriormente se suicidó, Manuel H.M.

El hombre de 51 años desempeñó sus funciones como guardia civil en los puestos de las localidades almerienses de Adra y El Ejido hasta que, en el año 2003, perdió su condición de militar y, por lo tanto, de agente del instituto armado, una vez finalizado el expediente de pérdidas de condiciones psicofísicas iniciado en el año 2000, ha informado a Efe la Comandancia de Almería.

Con varias bajas por depresión en su historial laboral, el agente jubilado Manuel H.M. y Rosario G.R., cuyos cuerpos fueron encontrados ayer en un cortijo del anejo granadino de Puntalón, iniciaron los trámites de separación, que se resolvieron todos ellos de "mutuo acuerdo", motivo por el que "probablemente" la mujer no denunció el quebrantamiento de la orden de alejamiento, ha dicho Navarro.

La consejera ha lamentado que nunca podamos conocer ya si la mujer volvió a convivir con el ex agente por voluntad propia o si los hechos ocurrieron tras una reunión puntual mantenida por la pareja para resolver algún tema relacionado con su separación, ya que todos ellos se habían resuelto de forma pacífica.

En este sentido, la consejera de Igualdad y Bienestar Social ha pedido que se extremen las alertas en estos casos, ya que las separaciones amistosas a veces pueden convertirse en una "trampa que utilizan los agresores como una forma de normalizar las relaciones, cuando en el fondo siguen pensando en buscar el momento oportuno para acabar con la vida de la mujer".