El secuestro de una adolescente brasileña por su ex novio completa su tercer día

Sao Paulo.-  El secuestro de una adolescente brasileña por parte de su novio, que se niega a aceptar el final de la relación, superó hoy las 72 horas a pesar de los intentos de la policía por negociar una salida incruenta para el episodio.

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(EFE)

Desde el comienzo del secuestro, Fernandes Alves ha hecho cuatro disparos por la ventana para asustar a la policía y a los periodistas.

Armado con un revólver, Lindembergue Fernandes Alves, de 22 años, retiene a la joven Eloa Cristina Pimentel da Silva, de 15 años, en un apartamento de la localidad de Santo André, en la periferia de Sao Paulo, desde el mediodía del lunes.

Desde el comienzo del secuestro, Fernandes Alves ha hecho cuatro disparos por la ventana para asustar a la policía y a los numerosos periodistas, que cubren el evento en directo para las más variadas cadenas de televisión.

No obstante, el secuestrador ha reiterado que no pretende asesinar a nadie ni suicidarse, como explicó a periodistas el comandante Félix, de la Policía Militar de Sao Paulo, que dirige las negociaciones.

Según la policía, el secuestrador ha manifestado que liberará hoy a su novia, pero sin avisar a las autoridades ni a qué hora ni de qué modo.

El primer día, Fernandes Alves liberó a dos amigos de la víctima que también había capturado como rehenes.

Una tercera, llamada Naiara Rodrigues Vieira, también de 15 años, sólo fue liberada tras completar 48 horas de secuestro, pero la joven regresó hoy al apartamento a petición de Fernandes Alves, que prefería negociar con ella antes que con la policía.

Rodrigues Vieira lleva ya más de diez horas en el interior del apartamento desde su regreso, lo que aumenta las sospechas de las autoridades de que se trató de una treta de Fernandes Alves para volver a tomarla como rehén.

El caso ha llamado la atención de las autoridades y la sociedad brasileña, e incluso de dirigentes del club de fútbol Sao Paulo, que decidieron intervenir después de que Fernandes Alves tapara una ventana con una camiseta del equipo, para evitar ser visto por la policía.

Marco Aurelio Cunha, dirigente del club, intentó mediar hoy con el secuestrador, pero tampoco consiguió convencerle de que pusiera fin al cautiverio de la adolescente.