Cae una red que traía a mujeres brasileñas y las obligaba a prostituirse

Madrid.-  La Policía Nacional ha desmantelado una organización que introducía mujeres brasileñas a las que obligaba a ejercer la prostitución en clubes de alterne, en una operación en la que han sido detenidos 14 presuntos integrantes de la red en España.

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(EFE)

Una desarticulación de una red de prostitución en Madrid.

Según ha informado hoy la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, además ha sido arrestada una mujer en Brasil y otras diez personas han sido detenidas por aplicación de la Ley de Extranjería.

Los arrestos se han producido en las localidades de Lloret de Mar, Bisbal d'Empordá, Calonge, Vilablareix, Mont Ras y Fontcoberta, en la provincia de Girona.

A los integrantes de la organización se les acusa de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores, detención ilegal, amenazas y tenencia ilícita de armas.

Además, la mujer que captaba y engañaba a las chicas en Brasil, pareja sentimental de uno de los arrestados en España, ha sido detenida en Natal (Brasil) por la Policía Federal de este país acusada de un delito de tráfico internacional de personas.

Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de mayo después de que dos de las víctimas, la mayoría de las cuales procedía de Natal, huyeran de un club de alterne de Girona, donde las obligaban a ejercer la prostitución bajo amenazas de muerte, y acudieran al Consulado de su país para pedir auxilio.

Mientras tanto, la Policía Federal de Río Grande do Norte (Brasil) había iniciado una investigación por tráfico de personas para su explotación sexual, cuyos traslados eran costeados por los propietarios de dos clubes de alterne de Girona.

Las mujeres creían que viajaban a España para trabajar como camareras en diferentes hoteles y los responsables de la organización se encargaban de facilitarles los billetes de avión y el dinero necesario exigido en la frontera, que oscilaba entre 500 y 1.000 euros, y que luego tenían que devolver a la organización.

Los acusados retenían los pasaportes de las mujeres, a las que amenazaban de muerte, y les impedían abandonar las instalaciones del club de alterne hasta haber cancelado la deuda en su totalidad, que solía ascender a unos 2.500 euros, para lo que necesitaban unos seis meses.

Además, el importe de la deuda solía aumentar por los "castigos" o multas de 300 euros que les imponían si no acataban las normas del club.

Las jóvenes trabajaban todos los días del mes y debían abonar 300 euros si querían un día libre. Además, si terminaban su jornada antes de las ocho de la mañana tenían que pagar al club 150 euros.