México y Argentina compiten con directores emergentes y problemas palpitantes

Valladolid.-  La cinematografía mexicana y argentina han presentado hoy en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) a dos de sus realizadores más emergentes, Rodrigo Plá y Ezio Massa, con sendos filmes que plantean cuestiones sociales de actualidad pero divergentes en sus planteamientos y resoluciones.

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(EFE)

El director argentino Ezio Massa, tras presentar hoy dentro de la sección oficial de la 53 edición de la SEMINCI la pelicula "Villa", un largometraje con la pasión futbolística como telón de fondo.

Un viaje a la llamada Guerra Cristera de México (1926-1929) sirve al uruguayo-mexicano Rodrigo Plá para denunciar en "Desierto adentro", su segundo largometraje, la imposición del fanatismo religioso y las consecuencias que acarrea el comportamiento de quien impone su pensamiento como único.

Plá se sumerge en la historia de una familia numerosa afincada en la localidad de San Isidro, justo en el momento en el que el Gobierno de Plutarco Elías comienza su particular cruzada sangrienta contra la religión y sus seguidores.

Elías (Mario Zaragoza), el cabeza de familia y abanderado de su disciplina religiosa, se marca como objetivo la construcción de un templo en pleno desierto, como súplica de perdón tras creer haber cometido un gran pecado por buscar la bendición del hijo en peligro de muerte que esperaba su mujer y obviar las consecuencias que en ese contexto podría acarrear para el resto de su familia.

La continua mirada y narración de Aurelio, el pequeño de los hermanos, permanece impasible hasta el final del relato, conducido por el comportamiento de su padre y la respuesta de todos los hijos, involucrados en su obcecada penitencia.

Con una sensación de ahogo y de desesperación, que se contagia al espectador, la vida de los protagonistas entra en una espiral de dolor pronunciada y acrecentada por la ignorancia y la vulnerabilidad de sus conductas.

Rodrigo Plá y Laura Santullo, escritora del cuento en el que realizador se basó para rodar "La zona", su anterior largometraje, firman el guión de la película, que opta a la Espiga de Oro de la Seminci.

En el caso de Massa, plantea en su filme "Villa" una historia descarnada y tierna al tiempo, aderezada con raptos de humor y con la pasión futbolística como telón de fondo, que ha ambientado en un suburbio de Buenos Aires.

A caballo entre el 'thriller' y el documental, Massa ha trasladado a la gran pantalla la mísera realidad de la populosa "Villa 21", la costra chabolista que decora el sur de Buenos Aires con la droga, la prostitución y la depravación moral como principales protagonistas.

El arrebato por el fútbol, que nivela a todas las clases sociales, alcanza el grado de delirio en los tres jóvenes personajes de "Villa": Freddy, Cuzquito y Lupín, quienes se las industrian como pueden para poder ver el debut del combinado albiceleste en el Campeonato Mundial de Fútbol disputado en Corea y Japón en 2002.

La picaresca, en unos casos, y la violencia, en otros, presiden las artimañas de los tres amigos para no perderse el primer partido de Argentina frente a la selección de Nigeria, lo que da pie a Massa (Formosa -Argentina-, 1972) para presentar la realidad de un poblado marginal que funciona con sus propios códigos y señas de identidad.

Ante los ojos del espectador desfila la prostitución de menores de edad, el consumo de droga en niños y los atracos violentos con adolescentes como principales protagonistas de un filme "que escribí entre 2001 y 2002, con mucha bronca y resentimiento durante la fuerte crisis que atravesó Argentina".

En medio de tanta desolación brota el fútbol como una religión dentro de una barriada de ropa a la vista, de amistad, de juego y de sexo a la vista de todo el mundo.