ZP espera veredicto sobre la presencia española en la cumbre del G-20

Como quien espera la nota de un examen de selectividad, el Gobierno español aguarda impaciente el veredicto sobre su presencia en la cumbre del próximo 15 de noviembre en Washington, aquella que se ha establecido el pomposo objetivo de refundar el sistema financiero mundial. El Gobierno de Zapatero ha puesto toda su carne en el asador con tal de sentarse en la misma mesa que George Bush, Hu Jintao, Sarkozy o Lee Myung-bak (presidente de Corea del Sur), entre otros.

(EFE)

El esfuerzo diplomático, a prueba.

Hay muchas probabilidades de que mañana se conozca el veredicto sobre la presencia española. Y es que Zapatero viaja a Bruselas para participar en el Consejo extraordinario de la Unión Europea, al que acuden los líderes de los Veintisiete, y en el que se estudiará la postura europea de cara a la cumbre.

Fuentes del Gobierno consultadas por EFE explican que la incógnita sobre la presencia de Zapatero en Washington no tiene por qué despejarse necesariamente en la reunión de mañana, pero admiten que, "lógicamente", en ella se hablará de la representación de la UE y de la aspiración española.

Desde que se conociera la exclusión española en la cumbre, la diplomacia española se ha esforzado para demostrar la necesidad de que España acuda. La insistencia de Zapatero ha convertido esta decisión en una especie de plebiscito sobre el verdadero peso de España en el concierto internacional. Durante todo este tiempo ha habido argumentos enfrentados: algunos que pueden ayudar a la presencia de la delegación española en Estados Unidos y otros que apuntan lo contrario.

Éste es un resumen de cómo está el ambiente y de los movimientos diplomáticos previos al Consejo extraordinario de mañana:

• Apoyos que ha recabado España. Entre los políticos que han mostrado el apoyo a la presencia española se encuentran Gordon Brown, Nicolas Sarkozy, Felipe Calderón, Durao Barroso y Lula, entre otros.
• La decisión no es exclusiva de EEUU. Zapatero ha insistido en el argumento de que Estados Unidos no debe ser el único encargado de decidir el formato de la cumbre.
• Afirmaciones poco esperanzadoras. El embajador de Estados Unidos en España, Eduardo Aguirre, ha afirmado hoy mismo que la fórmula elegida para la celebración de la cumbre, esto es, la presencia del G-20, "no va a cambiar". Además, Estados Unidos ya se pronunció en su día y aseguró que no hubo una decisión explícita de excluir a España, sino que se había optado por invitar a los países del G-20 porque ya tenían experiencia en este tipo de cumbres.
• Peticiones de otros países. Holanda y Polonia también han solicitado estar presentes en la cumbre, por lo que la admisión española podría leerse como un agravio para tales países.