¿Eran de verdad los más vendedores?

Cada año la IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica) otorga unos premios en Mónaco a los artistas más vendedores del año en todo el mundo, pero no sabemos si por culpa de nosotros, los medios de comunicación, que mezclamos las fotos de los galardonados con la de los asistentes; o por culpa de la organización, que siempre termina otorgando algún premio especial a algún artista que no está precisamente en su mejor momento comercial, los World Music Awards resultan siempre un tremendo lío ante el que no hay Dios que se entere de verdad de qué grupo o artista ha vendido más.

Phil Noble (REUTERS)

Duffy se quedó sin premio, aunque lo merecía.

Comencemos por el principio. Coldplay aparecen como los grandes triunfadores de la noche, puesto que claramente y según todas las fuentes, que van desde los datos oficiales combinados de la IFPI o el sistema americano, Soundscan, hasta los datos no oficiales, pero sí bastante exhaustivos, de sites amateurs como Mediatraffic o Worldwidealbums, ‘Viva La Vida’ es el álbum más vendido de 2008 sin ningún tipo de discusión.

Hasta aquí bien, pero todo lo demás resulta demasiado caótico como para entenderlo y por lo tanto creérselo. Los premios empiezan a dividirse por categorías y la cosa se torna un tanto incoherente. Por ejemplo, nos encontramos con que Kid Rock, casi un completo desconocido en Europa, obtiene los premios al artista masculino de pop más vendedor y al artista masculino de rock más vendedor. La pregunta, totalmente en serio, es por qué no le han nominado en la categoría de hip-hop también, porque en su caso, como en el de Kanye West o Lil Wayne, la frontera de lo que es pop y lo que no lo es está de todo menos clara. Además, el hecho de otorgar premios por categorías deja sin premio a artistas que han vendido más que algunos de los premiados, como es el caso de Duffy, que habiendo vendido más que Kid Rock este año, se ha quedado sin ningún reconocimiento sólo porque hay otras chicas con más éxito que ella.

Más bizarro aún: Leona Lewis ha ganado el premio a la cantante de pop más vendedora del mundo, premio al que estaba nominada Madonna. Por otro lado, Alicia Keys ha ganado el premio a la artista más vendedora de R&B, al que también estaba nominada Leona Lewis. Inexplicablemente, Madonna, que se supone que ha vendido menos que Leona Lewis y por lo tanto menos que Alicia Keys también, ha ganado el premio a la artista más vendedora de Estados Unidos, cuando resulta que obviamente Alicia Keys también es americana.

Para terminar de rematar esta confusión, se entregan premios especiales a Beyoncé, por su contribución a la música (sic) y a Mariah Carey por sus logros, así en general. Todos sabemos qué hace Beyoncé, que aún no ha sacado disco este año y por tanto no ha vendido gran cosa de momento, en esta ceremonia: promocionar su nuevo álbum aunque no venga nada a cuento. Pero lo de Mariah Carey sí que es un misterio. La chica habrá vendido mucho en el pasado, pero 2008 no ha sido su año porque su último disco ‘E=MC²’ ha sido un fracaso en Europa y en Estados Unidos ha vendido una quinta parte que el anterior, según datos de Nielsen Soundscan.

Quizá los World Music Awards tienen un sistema complejo de reglas con el que cubrirse las espaldas de posibles reclamaciones. O peor. Como son unos premios que otorga la industria, igual son acordados de antemano por las manos que manejan las multinacionales. Pero lo cierto es que en un momento en que el usuario tiene tirando a poca fe en la industria, no contribuyen a crear tampoco un halo de credibilidad que igual es necesario para que la gente vuelva a comprar discos.

No hay más que recordar que España, que hace unos años llegó a ser el 7º mercado del mundo (ahora lo dudamos) nunca ha tenido una lista de ventas pública y oficial mediante la que los usuarios puedan saber con certeza cuáles son los discos más vendidos del mercado. La actual de Promusicae sólo cubre grandes superficies y se cree que representa un 79% del total. O eso es lo que ellos dicen. Habrá que creerles. Tampoco hay otra fuente que pueda resultar más fiable, ni nadie parece especialmente interesado por que la haya.