El veto presidencial al aborto en Uruguay genera protestas femeninas y críticas de los oficialistas

Montevideo.-  El veto del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, a la ley que despenaliza parcialmente el aborto generó hoy protestas de organizaciones femeninas, críticas en las filas oficialistas y aplausos en la Iglesia católica.

"El presidente es humano, se equivoca y en este caso (con el veto al aborto) se equivocó, entre otras cosas porque desconoce la opinión de la mayoría en el Parlamento e incluso el sentir de varios de sus ministros", afirmó el senador Alberto Couriel, integrante del sector mayoritario dentro del gobernante Frente Amplio.

La organización CNSmujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía destacó en un comunicado que "la voluntad del Presidente no representa la voluntad del país".

El grupo convocó para hoy a una concentración en el centro de Montevideo para reclamar "por lo que es justo y democrático", y subrayó que "ante esta situación la pasividad y el silencio no son opciones admisibles".

Como ya había adelantado, Vázquez presentó ayer sus objeciones a la Ley de Defensa del Derecho a Salud Sexual y Reproductiva, que fue aprobada el pasado martes por el Parlamento a iniciativa del oficialismo y autoriza el aborto durante los primeros tres meses del embarazo, por riesgo de vida de la madre y penurias económicas.

El veto presidencial a los artículos de la ley que tienen que ver con el aborto ingresó hoy en el Parlamento y si en 30 días el legislativo no se pronuncia, la decisión del presidente queda firme.

El Parlamento tiene la posibilidad de levantar el veto presidencial, pero para ello necesita de mayorías especiales (tres quintos de los votos de la Asamblea General: senadores y diputados) y no alcanzan los votos de los legisladores oficialistas.

Los diputados y senadores de los partidos de oposición Partido Nacional, Partido Colorado y Partido Independiente votaron en contra en las dos cámaras.

Los parlamentarios del Frente Amplio decidirán a partir del próximo lunes los pasos a seguir, pero Couriel opinó hoy que la postura del presidente "es lapidaria" para la ley.

"Este es un tema de principios, de valores éticos y morales que va más allá de la política" y por eso manejamos la posibilidad de llevarlo a un referendo popular", afirmó.

En un editorial publicado en la página digital de la Presidencia este jueves, Vázquez fundamentó su veto "en razones de orden jurídico, científico y técnico: identidad filosófica y principios éticos".

El presidente, médico oncólogo y socialista, destacó que merece una "mención especial" el artículo referido a la interrupción del embarazo en caso de riesgo de vida para la mujer o cuando se verifique "un proceso patológico que provoque malformaciones congénitas incompatibles con la vida extrauterina".

"En sí mismo es una disposición compartible sobre la cual es necesario legislar a la brevedad", agregó el presidente, tras devolver el proyecto de ley al Parlamento con sus objeciones.

"No podíamos dudar de la palabra del señor presidente tantas veces reiterada", aseguró hoy el representante de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis del Castillo, al comentar la decisión de Vázquez.

El obispo opinó que se busca solucionar el problema del aborto por un camino "desacertado", pero que la cuestión "sigue pendiente y es tarea de todos buscar una solución más justa y más respetuosa con la vida humana".

Durante el trámite parlamentario de la ley, el arzobispo de Montevideo, monseñor Nicolás Cotugno, llegó a advertir a los legisladores de que el voto a favor de la despenalización del aborto suponía una "excomunión automática" y señaló su voluntad de iniciar "con el Papa un proceso de excomunión formal".

Sus declaraciones fueron rechazadas por algunos legisladores por considerarlas un intento de "presión inadmisible".

El tratamiento de la ley en el Parlamento generó polémica en la sociedad y organizaciones defensoras de los derechos de la mujer y grupos religiosos realizaron marchas y concentraciones en favor de una y otra postura.