Cuba: la máquina del tiempo

LA HABANA (CUBA).-  A la izquierda, un hermosísimo Ford desafía los límites de su velocidad. Del otro lado, un Cadillac intenta llegar a la próxima esquina. Si por casualidad se reúnen un buick de luxe, un Chrysler imperial y algún que otro auto antiguo, las calles de La Habana nos llevan a tiempos distantes.

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Reno Massola

Para los habitantes de otras ciudades del mundo el ver rodar uno de estos automóviles suele ser todo un lujo. Para los habaneros, un componente del lienzo cotidiano. Una parte de los vetustos autos de procedencia norteamericana prestan servicio como taxis en moneda nacional. La decisión de sus propietarios los convierte en el medio de transporte que escogen cada día cientos de capitalinos. Deben seguir rodando, pese a la contaminación que generan.

Con piezas originales, remendadas o re-creadas, vienen y van por las calles de La Habana. Los mecánicos son reyes de la invención cuando se trata de adaptar piezas para que una preciosura antigua siga con vida. Es común injertar partes de 'carros' de otras marcas, en especial de los rusos. Pero algunos, a fuerza de esmerado cuidado, mantienen su auto 100% original, y ese es sin duda el mayor orgullo del dueño.

Hasta el 1 de enero de 1959, cuando triunfó la Revolución, circulaban en Cuba 180.511 automóviles, la mayoría de procedencia norteamericana. Al cortarse el suministro, todo indicaba que con el tiempo estos autos desparecerían. Sin embargo, la inventiva de propietarios y mecánicos ha permitido que hoy miles de ellos sigan con el motor caliente.

Mercury, Cadillac convertible, Ford (estándar y de luxe), Edstel, Cadillac ( de luxe y dorado), Chevrolet (estándar y de luxe), Pontiac, Chrysler (de luxe y estándar), Dodge, Henry J, Kaiser, Houdson, Odsmobile, de Soto, Plymouth y los dos ya mencionados dibujan ese escenario sobre el asfalto.

Reno Massola

Hoy, los autos antiguos tienen su propio rally y museos, donde se muestran los pertenecientes a celebridades del mundo político, social y cultural. Entre todos los sitios dedicados a la exhibición, el Museo ubicado en el centro histórico de La Habana es el más notable. El vehículo más antiguo de esa colección data de 1905 y el más moderno, de 1989. La mayoría es de construcción norteamericana, aunque existen ejemplares fabricados en Italia, España, Alemania y el Reino Unido. Si vienes a La Habana, apunta, porque en el número 13 de la calle Oficios, entre Jústiz y Obra Pía, pueden disfrutarse de 30 automóviles de paseo, entre otras atracciones.

Durante décadas, los dueños de estas bellezas rodantes han disfrutado a toda máquina el estado de conservación de sus propiedades. Se reúnen en organizaciones denominadas 'Escuderías de Autos Históricos'. Lo más llamativo no es la entidad en sí, sino algunas de las actividades que promueven: competencias de mejor 'parqueo', mejor marcha atrás o motor más reluciente.

Existe además una agencia de alquiler de autos antiguos. Bajo el slogan 'Rentar una fantasía', proponen al visitante "un viaje en el tiempo". Claro, el solo hecho de verlos ir y venir constantemente; en los más disímiles estados y colores, ya dibuja una fantasía… y gratis.