Las propiedades de las palabras

Sexto día en Gijón. Una película 'seria' y una comedia, hoy en segundo visionado, un tanto amarga, pero muy divertida. Son 'Ballast', de Lance Hammer, y 'Eldorado', de Bouli Lanners. Gijón se da una vuelta por el cine de argumento.

'Ballast', de Lance Hammer

'Ballast', de Lance Hammer.

Premiada en Sundance, Deauville y Berlín. Historia cotidiana, con pistola. Idéntica peripecia la situamos en Zamora o en Badajoz, y hasta por lo que se refiere a una relativa marginación socio-racial, a una familia deconstruida, a un niño con amistades peligrosas, no hay que quitar una coma. Sólo el vocabulario. "Propiedad", por ejemplo. "¡Sal de mi propiedad!" Les queda bien a los apellidos compuestos. 'López-Inchausti y Martínez-Villariego' o 'Battemberg-Cabanillas'. Eso son propiedades. Propiedades en España las tienen, o las grandes familias, o las cosas: 'propiedades de la gaseosa'. Las personas tenemos hipotecas, normalmente. Y cuando se han pagado, tenemos una hipoteca pagada. El piso, la casita, de las que nosotros hemos sido propiedad hasta ese momento, lo que nos hace es tenerles un respeto. En América el pobre tiene propiedades. No te echa de su casa, sino de su propiedad. Hoy, en España, al propietario se le habla, cada vez con más frecuencia, de 'la propiedad'. Todo se está globalizando. Así que puede que, en un abrir y cerrar de ojos, seamos todos pobres.

Lawrence vive con su hermano gemelo en una propiedad y en propiedad tienen los dos una tienda. No muy lejos viven la mujer separada y el hijo de su hermano. Hay una muerte que trastorna el equilibrio del sistema. Pasado el cataclismo, todo vuelve a ensamblarse, porque las personas tienden a caer en su hueco natural y a veces el que el río se desvíe es lo que trae el agua.

'Eldorado', de Bouli Lanners

Yvan llega a su casa. Se da cuenta de que alguien se ha colado dentro en su ausencia. Yvan se arma con un tubo metálico y empieza a buscar por las habitaciones. Oye un ruido en el piso superior. Y allí que sube Yvan. "¿Has mirado debajo de la cama?", le preguntaba una jovencita a otra, ávida de experiencias. "Sí, pero nunca hay nadie". En el caso de Yvan, debajo de la cama hay un ladrón.

De la película, que Bélgica propone para los Oscar —nada que ver con la anterior de Lanners en Gijón. 'Ultranova'—, próxima, divertida, muy bien interpretada (Bouli, en un registro y hasta con rasgos Peter Ustinov, es Yvan), se sale con la sensación de que ha sabido a poco, de que faltaba alguna vuelta más, y con ganas de volver a ver a Bouli Lanners.

*Federico Volpini es uno de nuestros colaboradores de cine.