Los jóvenes del PP viajan a 1978

Madrid.-  Una máquina del tiempo se ha instalado hoy en la Casa de Campo de Madrid. Las Nuevas Generaciones del PP han viajado en ella para, junto al líder, Mariano Rajoy, y su número dos, María Dolores de Cospedal, retroceder 30 años y vivir el referéndum constitucional como si estuvieran allí.

La organización juvenil del PP cumple 30 años, los mismos que cumplirá este mes la Constitución, y nada mejor que unir ambas fiestas para rendir un homenaje al valor que da luz a la política del PP y alienta a sus militantes más jóvenes: la libertad.

Rajoy ha defendido la Constitución como garantía de libertad y de igualdad, pero también de la solidez de la nación española, mientras que el presidente de Nuevas Generaciones, Nacho Uriarte, ha asegurado que tanto su organización como todo el PP "comparten la profunda creencia" de que, si hay alguna cualidad que consagra la Carta Magna, ésa es la libertad.

No en vano, el lema elegido para el acto, al que han acudido centenares de jóvenes militantes y simpatizantes del PP, era "Por la libertad".

Nada mejor para representar ese valor que dar unos cuantos pasos atrás y situarse en 1978, nada mejor que recordar el espíritu de concordia y tolerancia que se apoderó de la sociedad española hace 30 años, un 6 de diciembre, cuando los ciudadanos acudieron a las urnas y ratificaron la Carta Magna.

Por ello, Nuevas Generaciones ha organizado un simulacro de referéndum para que todos aquellos que no pudieron votarla entonces, por no haber nacido o por ser unos niños, lo hicieran hoy, y así, los integrantes de la organización juvenil del PP han depositado unas papeletas enormes con un "sí" enorme en una urna gigante.

De este modo han mostrado su apoyo a la Constitución, y no sólo ellos, sino también Rajoy y De Cospedal, quienes, con el himno del PP sonando de fondo, han depositado su papeleta.

Todo ello ante la atenta mirada de varios dirigentes del partido, como Ana Mato, Esteban González Pons y Soraya Sáenz de Santamaría, además del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente fundador, y padre de la Constitución, Manuel Fraga, quien ha sido recibido con entusiastas aplausos.

El carácter simbólico del evento ha dibujado en los dirigentes del PP y en todos los jóvenes del partido una inevitable sonrisa de satisfacción, y al final, terminado el discurso de Rajoy, todo era camaradería y felicidad.

El líder del PP no paró entonces de posar para incontables fotos en un escenario abarrotado, lo mismo que De Cospedal, Mato, Sáenz de Santamaría o González Pons, quien no podía ocultar lo mucho que le había gustado el evento: "Sinceramente, ha sido muy bonito", dijo.