Los motivos históricos de Tardà para tener manía a los Borbones

En un fin de semana en que las celebraciones por el 30 aniversario de la Constitución han dejado los ánimos políticos más suaves que la seda, ha sido imposible que las palabras del diputado de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) Joan Tardà pasaran desapercibidas. Durante un acto de las juventudes de ERC, Tardà gritó a los asistentes un "¡Viva la República, muerte al Borbón!", que ha herido la sensibilidad de más de uno.

(EFE)

Hay alguna razón para el odio de Tardà a los Borbones.

Para evitar que llegara la sangre al río, enseguida ha salido al paso el secretario de comunicación e imagen de ERC, Ignasi Llorente, alegando razones históricas. El portavoz de la formación ha explicado que las palabras de Tardà han sido "sacadas de contexto" y que hacían alusión a una "frase histórica" que se podía oír en Cataluña a principios del siglo XVIII, en la Guerra de Sucesión que enfrentó a los partidarios de Felipe V, primer rey de la dinastía Borbón en España, y al archiduque Carlos de Austria.

El propio Tardà ha dado explicaciones más tarde, afirmando que su expresión debía ser considerada como "una crítica a la monarquía como institución" y que, en ningún caso, se debía interpretar como "un ataque dirigido a una persona física". Metáforas aparte, haciendo un pequeño repaso, encontramos algunas razones históricas por las que Tardà puede tener una especial aversión a la Casa Real que ocupa el trono desde entonces hasta ahora.

Y es que conviene recordar que Cataluña fue una de las zonas, junto a Mallorca, que mayor resistencia opuso a Felipe V cuando se disputaba el trono de España con el Archiduque Carlos, heredero de la casa de los Austrias y candidato preferido por la Corona de Aragón. La victoria final de Felipe V tuvo importantes consecuencias para Cataluña y el conjunto de la Corona aragonesa. El nuevo monarca decidió hacer pagar el apoyo a los Austrias arrebatándoles todas las particularidades legales e institucionales, lo que comúnmente se conoce como 'fueros'.

Con los Decretos de Nueva Planta, Cataluña perdía, entre otros atributos, las Cortes, la Generalitat y sus privilegios fiscales. La Diada, el Día Nacional de Cataluña, recuerda precisamente la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas y la pérdida de estos fueros. Aunque Felipe V emprendió durante su mandato una política centralizadora y de unificación que afectó a todos los Reinos, las consecuencias no fueron las mismas para todos. Por ejemplo, Navarra y el Señorío de Vizcaya, que habían luchado del lado de los Borbones, pudieron mantener sus leyes y ventajas fiscales.

A pesar del castigo impuesto por Felipe V, análisis históricos como el del clásico Jaume Vicens Vives han concluido que la imposición de las leyes del Reino de Castilla al conjunto de la Corona de Aragón resultó finalmente ventajosa para Cataluña. Por ejemplo, la región tuvo acceso al comercio con América, hasta entonces patrimonio exclusivo de los castellanos. Cataluña supo aprovechar esta oportunidad, que se convirtió en uno de los motores de su posterior explosión económica.