Inauguran las nuevas instalaciones del Archivo Histórico Diocesano de Toledo

Toledo.-  El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, inauguraron hoy las nuevas instalaciones del Archivo Histórico Diocesano de Toledo, una sede aneja al Palacio Arzobispal donde se custodian miles de manuscritos y documentos eclesiales.

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(EFE)

El cardenal arzobispo de Toledo y primado de España, Antonio Cañizares Llovera, es felicitado por el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, tras conocerse su nombramiento por el papa Benedicto XVI como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Una conservación de la memoria histórica, según indicó Barreda, quien, en referencia a la tradición cristiana en Castilla-La Mancha, destacó: "no se puede comprender ni interpretar nuestro pasado, y por tanto nuestro presente, sin la Iglesia católica".

Barreda, después de hacer junto al arzobispo un recorrido por las nuevas instalaciones, recordó que además de político es historiador para a continuación elogiar el valor de las fuentes documentales atesoradas en el archivo diocesano toledano, donde" se conservan y custodian pero también se renuevan y actualizan".

El presidente de la Junta, tras resaltar la importancia de las obras de ampliación del Archivo, señaló que es lógico que a la noticia de su inauguración se sobreponga el nombramiento de Cañizares como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.

El cardenal Cañizares anunció el nombramiento hecho por el Papa a las 12.00 horas en punto, al término de una entrega de títulos pontificios a once sacerdotes y siete seglares y antes de la visita inaugural del Archivo junto a Barreda.

"Un acontecimiento cultural de especial significación", dijo Cañizares que supone la inauguración de la ampliación de la sede del Archivo Diocesano, al que se incorpora el Archivo de la Bula de la Santa Cruzada y al que se agregará el Archivo de Párrocos de Toledo.

Cañizares, que recordó que el proyecto surgió hace cinco años, señaló que el Archivo facilitará las labores de investigación histórica.

"La Iglesia siente la responsabilidad de que se escriba la historia con verdad, rigor y objetividad, que no se hagan solo interpretaciones de la historia", apuntó Cañizares.

El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, realzó la buena elaboración de la ampliación del edificio, "una obra bien hecha y nada sencilla".

El director del Archivo Diocesano de Toledo, Juan Pedro Sánchez Gamero, hizo hincapié en que el proyecto está encaminado a facilitar las tareas de investigación, y recordó que la ciudad cuenta con otros varios importantes archivos, como el regional de Castilla-La Mancha o el estatal de la Nobleza, entre otros.

El Archivo Diocesano ocupa ocho salas del piso bajo del Palacio Arzobispal que fueron construidas a comienzos del siglo XVII como residencia veraniega del arzobispo.

En el Archivo se recogen informes y correspondencia arzobispal desde el siglo XVI, pero también documentos de gobierno eclesiástico, sobre el personal, los cofrades, las órdenes religiosas, las vicarías, las parroquias, los hospitales, los expedientes matrimoniales, las partidas sacramentales, o las canonizaciones, entre otros.

También documentos de justicia eclesiástica (pleitos civiles y criminales o tribunal de la Rota) y de administración diocesana (contaduría, diezmos, reparación de templos).

Unos 3.000 libros manuscritos se conservan en este archivo, entre ellos: libros becerros (diarios), registros, actas de los sínodos toledanos.

El acta del sínodo más antiguo que se conserva es el del celebrado en 1498 en Alcalá en el que participó el cardenal Cisneros.

En total, 6.000 kilómetros lineales de estanterías, según la información aportada por el director del Archivo.