La barbarie del narcotráfico y la trágica muerte de un ministro apabullan a México

México.-  Con el primer atentado deliberado contra la población civil, un récord de más de 5.000 asesinatos y la infiltración en las altas esferas policiales, el narcotráfico intimidó a un México que acabó el año consternado por la trágica muerte de su ministro del Interior, Juan Camilo Mouriño.

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(EFE)

Ya lo había anunciado el presidente Felipe Calderón al asumir el cargo el 1 de diciembre de 2006: la lucha contra los cárteles de drogas iba a costar muchas vidas.

Ya lo había anunciado el presidente Felipe Calderón al asumir el cargo el 1 de diciembre de 2006: la lucha contra los cárteles de drogas iba a costar muchas vidas humanas.

La pregunta es si sus pronósticos contemplaban un aumento de 2.700 asesinatos en 2007 a más de 5.000 este año.

El primer susto para la población llegó a mediados de enero cuando dos menores murieron en ataques armados a policías en Tijuana, en la frontera con San Diego (EE.UU.), donde un tiroteo obligó a evacuar a decenas de niños de una guardería.

Un ejemplo claro de que la saña de los narcotraficantes sobrepasa ya sus viejos códigos de honor.

En febrero se produjo un atentado fallido con explosivos contra un alto funcionario policial en Ciudad de México, que dejó un muerto y dos heridos; en marzo fueron asesinadas a tiros siete personas en un bufete de abogados de Guadalajara, en el oeste mexicano, y en mayo un alto mando policial pereció acribillado a las puertas de su casa en la capital.

La virulencia del crimen organizado se disparó en el segundo semestre, a pesar de los esfuerzos del gobierno del presidente Felipe Calderón.

Entre los logros gubernamentales destaca la captura de varios capos del narcotráfico, como Alfredo Beltrán Leyva, alias "El Mochomo", del cártel de Sinaloa, y el mayor decomiso de armamento de la historia de México (500.000 cartuchos, 278 armas largas, 126 cortas y cerca de 300 granadas).

Pero sobre todo, la puesta en marcha de la "Operación limpieza", que entre septiembre y octubre permitió la detención de varios altos mandos policiales.

Los casos más sonados fueron los del director de Interpol México, Ricardo Gutiérrez, y del que fuera zar antidrogas de Calderón durante veinte meses, Noé Ramírez, acusado de recibir un salario mensual de 450.000 dólares de un cártel de drogas.

Un informe oficial evidenció además que el 49 por ciento de la policía del país no es "recomendable" para realizar labores de seguridad y proteger a los ciudadanos.

Así quedó patente el 15 de septiembre, cuando la celebración pública de la Independencia en Morelia, en el oeste mexicano, fue interrumpida abruptamente por dos explosiones de granadas lanzadas contra la multitud, con un saldo de ocho muertos y un centenar de heridos.

Las tres personas detenidas por la acción confesaron formar parte de "Los Zetas", una sanguinaria organización criminal que dirige el cártel del Golfo.

El atentado se produjo después de una publicitada reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, en respuesta a una manifestación de decenas de miles de personas en la capital para pedir seguridad en las calles.

El detonante de esa marcha fue el secuestro y asesinato del hijo adolescente de un reconocido empresario.

Además, tres días antes de la tragedia de Morelia eran hallados los cadáveres de 24 hombres asesinados en un bosque de la capital y dos días después morían una veintena de reos en un motín en un penal de Tijuana, situación que se repetiría en otra cárcel de Tamaulipas un mes más tarde.

En agosto se había registrado también la matanza de trece personas en la turística localidad de Creel, en el estado norteño de Chihuahua, que acabaría convertido en el más letal del país, con un tercio de los asesinatos.

Para acabar con la violencia, México recibió este año 197 millones de dólares de Estados Unidos en el marco de la Iniciativa Mérida, un plan antidrogas que prevé la entrega de 1.400 millones en tres años.

El asombro de los mexicanos llegó a su cenit el 4 de noviembre, cuando el avión en que viajaba el ministro de Interior, Juan Camilo Mouriño, se desplomó en una zona de oficinas de Ciudad de México.

El incidente, que dejó un total de quince muertos, levantó sospechas sobre un posible atentado del crimen organizado aunque la investigación apunta a que se trató de un accidente.

En el terreno político, el país normalizó sus relaciones diplomáticas con Cuba y aprobó una reforma energética en el Congreso tras siete meses de protestas en el Legislativo y en las calles.

Además, 2008 será recordado como el año del escritor Carlos Fuentes, objeto de un sinfín de homenajes por sus ochenta años de vida.