Aragón celebra el décimo aniversario de su primer trasplante hepático, con 324 efectuados

Zaragoza.-  Aragón ha celebrado hoy el décimo aniversario de la realización del primer trasplante hepático, con 324 efectuados en el Hospital Clínico de Zaragoza y un tiempo medio de espera de 54 días, el mejor de toda España, mientras que uno de cada cuatro pacientes lo recibe en la primera semana.

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(EFE)

Aragón ha celebrado hoy el décimo aniversario de la realización del primer trasplante hepático, con 324 efectuados en el Hospital Clínico de Zaragoza y un tiempo medio de espera de 54 días, el mejor de toda España, mientras que uno de cada cuatro pacientes lo recibe en la primera semana.

El primer hígado trasplantado en la Comunidad aragonesa fue recibido por Luis Marco, el 14 de diciembre de 1998, al que siguieron 28 al año siguiente hasta llegar a una media de entre 30 y 40 anuales, ha informado hoy el gerente del Servicio Aragonés de Salud (SALUD), Juan Carlos Bastarós, quien ha destacado el trabajo "serio, solidario, eficaz y eficiente de estos diez años".

Bastarós ha recordado las dificultades que hubo para que la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) aprobará la puesta en marcha del programa de trasplante hepático en Aragón, en el que había empezado a trabajar mucho antes el Clínico de Zaragoza, porque sólo entre 2 y 3 pacientes aragoneses al año recibían un injerto de hígado en los hospitales de referencia de Madrid.

Para su autorización, ha afirmado, fue clave el elevado número de donaciones de órganos que se registraban en Aragón (31,5 por millón de habitantes en 1998 hasta llegar a casi 40 por millón en la actualidad, una cifra que sólo se ha alcanzado en siete Comunidades Autónomas).

Desde aquel 14 de diciembre y hasta hoy se han efectuado en el Clínico 324 trasplantes de hígado a 286 pacientes (el 75 por ciento hombres), ya que se han dado dos casos que han recibido cuatro injertos, y están en lista de espera ocho personas, ha señalado Juan José Araiz, coordinador de trasplantes de dicho hospital.

En Aragón, este año los pacientes han tenido que esperar una media de 54,4 días, que en 2007 fue de 92 días, cuando en España ascendió a 124.

La curva de supervivencia de estas personas es la misma que la media nacional, del 95 por ciento al mes de la operación, el 85 por ciento al año y más del 50 por ciento a los diez años, ha agregado Araiz, mientras que la causa para la donación ha sido en el 54 por ciento de los casos la cirrosis no biliar, tanto enólica como vírica, a la que le siguen el cáncer y los retrasplantes.

Los hígados han procedido sobre todo de Aragón (224), mientras que dos han llegado desde el extranjero y 19 de una comunidad lejana a la aragonesa como es la extremeña, y la mayor parte de donantes son masculinos, el 60 por ciento frente al 40 por ciento de mujeres.

Así, el perfil del donante es de un hombre de entre 50 y 70 años, sano y que fallece a consecuencia de una hemorragia cerebral, cuando hace años eran también del sexo masculino, pero jóvenes y fallecidos en accidente de tráfico, ha explicado Araiz.

El coordinador de trasplantes de Aragón, José Ignacio Sánchez Miret, ha informado de que en 2007 con los órganos donados en la Comunidad Autónoma se han ganado más de 1.700 años de vida a la muerte, tanto en trasplantes realizados aquí como fuera.

Por su parte, el doctor Ricardo Lozano, uno de los fundadores del programa de trasplante hepático en Aragón, "el mayor desafío de su vida profesional", ha señalado que esta operación es la más complicada y en algunos aspectos la más arriesgada de toda la cirugía.

En todo el procedimiento, que comienza con la decisión de hacer el trasplantes y la búsqueda del donante, se involucran casi cien profesionales para ofrecer, con el hígado de una persona que ya no existe, una esperanza de vida que, a veces, es casi indefinida, ha afirmado Lozano.

El primer trasplantado de hígado en Aragón, Luis Marco, ha recogido hoy una figura conmemorativa además del número 100 (Lourdes Gómez), al igual que el número 200 (Joaquín Herrera) y el número 300 (Francisco Toscano).

Para Marco el trasplante ha cambiado su vida totalmente y ha aprendido a dar importancia a las pequeñas cosas y ha olvidarse de esas tonterías que hacen enfrentarse con los demás.

Tras mostrar su gratitud a la generosidad de los donantes, apeló a potenciar las donaciones, aunque ha reconocido con lágrimas en los ojos que tiene que ser muy duro para los familiares decidir dar los órganos de un ser querido fallecido.