En ambiente festivo, los bangladeshíes votan por el retorno de la democracia

Dacca.-  En un ambiente festivo, aunque con fuerte presencia del Ejército y otros cuerpos de seguridad, los ciudadanos de Bangladesh votaron hoy el Parlamento que formará el nuevo Gobierno democrático del país, tras un periodo de excepción de dos años.

Grandes colas de votantes se habían formado a la entrada de los centros electorales de Dacca a la hora de apertura de las urnas, las 08.00 locales (02.00 GMT), en una jornada declarada festiva que facilitó el ejercicio democrático, pues descongestionó las atascadas calles capitalinas.

Con apenas tráfico de vehículos a motor, sólo los "rickshaws" a pedales circulaban por las calles de Dacca, junto a los ciudadanos que acudían a pie a los colegios electorales.

El presidente de la Comisión Electoral, Shamsul Huda, mostró su satisfacción por la "atmósfera festiva" que percibió en la ciudadanía, que ha estado "esperando estas elecciones durante dos años", y por su desarrollo "pacífico".

Huda constató que no se ha registrado "ningún incidente adverso" aunque convino en que hubo irregularidades que serán investigadas, según la agencia UNB.

Los medios electrónicos dieron cuenta de personas que no han podido votar ya que sus nombres no aparecían en las listas, casos de intimidación a la puerta de los colegios -donde es tradicional que los partidos desplieguen militantes con propaganda-, de detenidos por intentar comprar votos y de una treintena de heridos en choques entre grupos rivales.

Los comicios convocados para el 22 de enero de 2007, tras expirar el mandato de la primera ministra Khaleda Zia, líder del Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), fueron suspendidos a raíz de una ola de violencia entre sus partidarios y los de la Liga Awami de Sheikh Hasina.

El presidente, Iajuddin Ahmed, impuso entonces el estado de excepción, que ha estado vigente hasta el pasado día 17.

En Bangladesh, las jornadas de votación entran en su periodo "sensible" al cierre de los colegios, cuando se van conociendo los primeros resultados y se caldea el ambiente entre militantes de los dos grandes bloques rivales del país, explicó a Efe Sajal Sarkar, un observador bangladeshí de la Fundación Khan.

"Aunque religiosamente somos tolerantes, políticamente nos volvemos muy temperamentales", abundó Sanjee, un miembro de la minoría hindú que custodia, junto a su padre, la Iglesia Armenia del viejo Dacca, a unos pasos de la hermosa Mezquita de las Estrellas.

Efe constató que, en la hora posterior al cierre de las urnas -16.00 locales (10.00 GMT)- numerosos grupos de ciudadanos se arremolinaban a las puertas de los centros de votación mientras se desarrollaba el escrutinio, vigilados de cerca por patrullas del Ejército, la Policía o los batallones especiales RAB.

En el centro de votación número 37 de la circunscripción Dacca-7, el encargado del recuento, un asistente del Ministerio de Arquitectura de nombre A.K.M. Masud Parvez, aseguró a Efe que la transparencia del proceso impedirá esta vez que Hasina o Zia cuestionen los resultados.

Las dos líderes salieron de depositar su papeleta haciendo el gesto de la victoria y declaraciones que cuestionaban esa transparencia.

Los analistas auguraban un voto muy reñido, lo que ha contribuido al temor de que la perdedora impugne el resultado y se vuelva a la violencia política en las calles.

Para evitarlo, el régimen interino ha desplegado a 600.000 miembros de las fuerzas de seguridad, entre ellos 50.000 soldados.

El jefe del Ejército, el general Moeen U.Ahmed, dijo tras depositar su voto que confía en que ganadores y perdedores sepan colaborar para sacar adelante el país.

Bangladesh "no debería estar innecesariamente dividido", pidió el general, quien proclamó: "Todos queremos la democracia".

Hasina también dijo confiar en que todas las fuerzas políticas aceptarán el resultado de las urnas y se producirá un traspaso pacífico del poder, pero también denunció la compra de votos por parte de candidatos del bloque rival y se preguntó cómo puede "creer" entonces en la limpieza de las elecciones.

La misma retórica empleó Zia, que denunció intimidaciones a votantes y lentitud en el ejercicio de su derecho y garantizó que aceptará el resultado "sea el que sea, si las elecciones son justas".

"Esperábamos que la Administración (interina) sería neutral, pero no lo estamos viendo", observó.

El jefe del régimen interino, Fakhruddin Ahmed, defendió que las elecciones han transcurrido "de forma general, con justicia y pacíficamente" y confió en que la transición a la democracia traiga el establecimiento de "una buena gobernanza y el desarrollo" a Bangladesh.

Julia R. Arévalo