El acusado de asesinar a un anciano dice que actuó bajo una "intoxicación plena"

Toledo.-  José Ángel O.T., de 21 años, acusado de asesinar de una brutal paliza a un anciano de 84 años, amigo de su familia, en Quintanar de Orden (Toledo), dijo hoy que cuando ocurrieron los hechos, el 5 de julio de 2007, estaba bajo los efectos de una "intoxicación plena" por el consumo de cocaína y alcohol.

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(EFE)

Un jurado popular juzga a partir de hoy en la Audiencia de Toledo a José Ángel O.T., de 22 años, a quien el fiscal acusa de asesinar a golpes en Quintanar de la Orden (Toledo) en julio de 2007 a un anciano de 84 años, delito por el que pide que sea condenado a veintitrés años de prisión.

Durante su declaración durante el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Toledo, el acusado, que estaba en tratamiento de desintoxicación tras pasar por un centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), explicó que debió confundir al anciano con un súbdito rumano que golpeaba a la víctima con una muleta.

Añadió también, a preguntas de las partes, que no es una persona violenta, que no tenía ningún motivo para agredir al anciano, Domingo Perea Santiago, que era una persona "muy buena y muy inteligente", a la que conocía desde la infancia por ser su familia vecina de sus bisabuelos.

"Soy una persona de bien, de paz, jamás he tenido ningún problema y no haría mal a nadie, señorita", respondió cuando la fiscal del caso le preguntó si había tenido anteriormente algún comportamiento violento.

Explicó al tribunal del jurado, cinco mujeres y cuatro hombres, que de los hechos solo recuerda "flashes" y que solo fue consciente de que algo grave había ocurrido cuando al día siguiente ingresó en el penal de Ocaña I (Toledo).

Según la versión dada por el acusado, el día en que ocurrieron los hechos y tras salir de su trabajo en un supermercado de la localidad, se fue a la piscina municipal, donde había quedado con un primo suyo para celebrar que éste había terminado la carrera de magisterio y que estuvieron bebiendo "una botella de ron y whisky".

Después, con el consumo de alcohol, le entró una "gran ansiedad" por consumir cocaína, por lo que llamó a su "distribuidor" al que le compró un gramo de esta droga y que después se dirigió al parque donde había quedado, como cada día, con sus amigos.

Que de camino al parque se encontró con la mujer del fallecido, María García Iniesta (que no podrá testificar porque falleció en julio de 2008), que estaba sentada en un banco junto a su casa, situada en la calle Pizarro, quien le dijo que su esposo estaba arriba y que subió a saludar a Domingo, que le invitó a tomar una fruta.

Después de esto, el acusado dijo no recordar lo que ocurrió, aunque señaló a preguntas de la acusación particular que no tenía ningún motivo para pedir dinero al anciano, que falleció en el hospital tres días después, porque el tenía dos trabajos, uno en un supermercado y otro en un bar como camarero.

Además, si le hubiera pedido dinero no hubiera ocurrido nada porque Domingo hubiera llamado a mi madre para que se lo devolviera y le hubiera dicho "Olalla, que Josito me ha pedido dinero...".

Esta versión que de los hechos dio el joven contrasta con la de las acusaciones del fiscal y de la familia del fallecido, que piden 23 años de prisión por un delito de asesinato, y entienden que el acusado actuó de forma consciente, puesto que "no hay ningún informe pericial" que acredite que estuviera afectado por el consumo de sustancias estupefacientes.

Tanto el fiscal como el abogado de la familia de la víctima, que representa a los tres hijos del fallecido sostienen que el joven, movido quizá por un móvil económico, propinó al anciano una "brutal paliza" con los pies y los puños, que le ocasionó la muerte tres días después por afectarle al sistema nervioso central.

También hirió a la asistenta del matrimonio octogenario, a la que causó lesiones de las que tardó veinte días en curar. Tras las agresiones, el joven se lavó en el baño de la casa, donde se dejó las gafas graduadas y una bandolera.