La detención de Nkunda pone fin al recelo entre la República Democrática del Congo y Ruanda, según Kinshasa

Kinshasa.-  La detención del líder del rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), Laurent Nkunda, pone fin a las sospechas mutuas entre la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda, dijo hoy el ministro congoleño de Comunicación y Prensa, Lambert Mende.

Nkunda fue capturado en territorio ruandés a las 22.30 GMT de anoche, cuando huía de la fuerza conjunta congoleña y ruandesa que actúa en el este de la RDC desde el martes pasado, según una nota difundida por el jefe de operaciones de estas unidades, el general congoleño John Numbi.

Entre 3.500 y 4.000 soldados ruandeses, según la Misión de la ONU en el Congo (MONUC), se encuentran en este país para ayudar a las tropas gubernamentales a desarmar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), guerrilla hutu asentada en la región oriental del Kivu después del genocidio ruandés de 1994.

Mende puntualizó que la presencia de las unidades militares ruandesas en territorio de la RDC es "una fuerte indicación de nuestra voluntad de desarmar a los elementos armados que amenazan a Ruanda y que saquean, masacran y violan (a las poblaciones) en nuestro país".

El ministro de Comunicación congolés alabó a Ruanda por haber detenido a Nkunda y afirmó que ello marca el fin del conflicto en el oriente congolés y todos los desacuerdos con el país vecino.

"Ruanda había prometido que usaría su influencia para que Nkunda se integrara al proceso de paz iniciado el año pasado en Goma (capital de Kivu Norte) y como éste se negó a sumarse a la iniciativa, lo ha detenido", dijo Mende, quien añadió que "Kigali ha cumplido con su palabra".

El portavoz congoleño indicó asimismo que tres cuartos de los efectivos del CNDP encabezados por el disidente Bosco Ntaganda se han unido al bando gubernamental lo que debilitó la posición de Nkunda y propició el fin de la rebelión.

La rebelión de Nkunda en la zona de frontera entre la RDC y Ruanda "ha sido siempre un escollo en las relaciones entre ambos países", añadió Mende.

"Este escollo acaba de ser superado. Es algo muy positivo", se felicitó el ministro que reiteró el deseo de su Gobierno de que Nkunda sea repatriado a la RDC para comparecer ante la Justicia por el cargo de crímenes de guerra.

Nkunda es un tutsi congoleño que participó en dos rebeliones sucesivas en la RDC, la que entre 1996 y 1997 puso fin a la dictadura de Mobutu Sese Seko en el antiguo Zaire, y la que entre 1998 y 2002, con ayuda de Ruanda y Uganda, intentó derrocar al régimen de Laurent Kabila y su hijo Joseph, el actual presidente congolés.

Tras el armisticio, Nkunda se integró al ejército de la RDC con el grado de general pero en 2004 se alzó en armas nuevamente para, según afirma, defender los derechos de su etnia, conocida también como banyamulenge, tras denunciar los ataques contra ellos y el abandono de la región del Kivu por parte del Gobierno de Kinshasa.

La Misión de las Naciones Unidas en el Congo (MONUC), excluida de la operación militar conjunta congoleña ruandesa, ha recordado a las partes implicadas la necesidad de tener en cuenta la protección de los civiles y garantizar el pleno respeto del derecho internacional humanitario.

El portavoz militar de la MONUC, teniente coronel Jean-Paul Dietrich, señaló hoy a Efe que el organismo de la ONU negocia con el Gobierno congoleño su participación en la operación para desarmar a los rebeldes hutus ruandeses, criticó la opción armada y recomendó buscar una vía pacífica para persuadirles a que depongan las armas.