Aplazan el juicio por el incendio en la residencia de Massamagrell por la muerte de una denunciante

Valencia.-  El juicio previsto para hoy por el incendio declarado en una residencia de la Tercera Edad de Massamagrell (Valencia) en marzo de 2006, en el que fallecieron cinco internos, ha quedado suspendido por la muerte de uno de los particulares que forman parte de la acusación en el caso.

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(EFE)

Los cinco imputados por la muerte de cinco personas en el incendio de una residencia de ancianos de Massamagrell en marzo de 2006, durante el juicio que ha comenzado esta mañana en Valencia.

Todas las partes han acordado también la suspensión de la vista, que ha quedado finalmente señalada para el 27 de febrero, por la ausencia en la sala de uno de los letrados de la acusación, que no ha asistido por atender esta misma mañana otro juicio que había sido señalado con anterioridad a éste.

Al entrar en la sala del juzgado Penal Número 12 de Valencia, encargado de juzgar los hechos, el magistrado ha planteado la posibilidad de suspender el juicio por la ausencia, justificada, de una letrada de la acusación, decisión que todos han aprobado por considerar que esta circunstancia "podría romper la unidad del acto".

Poco después, un abogado de la acusación ha informado de que había conocido esta misma mañana la muerte de su cliente, hecho por el que también consideraba pertinente la suspensión de la vista, "para localizar a sus herederos, garantizar su tutela judicial y ver si quieren ser parte en el proceso".

La defensa se ha adherido a la petición de suspensión del magistrado, del fiscal y de la acusación particular por los dos imprevistos.

Los hechos sucedieron el 28 de marzo de 2006, cuando murieron una mujer de 50 años y cuatro hombres, de 80, 65, 50 y 30 años, en el incendio declarado en la residencia San Lorenzo de Brindis, ubicada en el término municipal de Massamagrell (Valencia).

El fiscal considera al propietario de la residencia, a su hijo -administrador del centro y director en funciones cuando tuvo lugar el incendio- y al director, a un médico y a una enfermera del centro responsables cada uno de cinco delitos de homicidio por imprudencia.

Según su escrito, los acusados acordaron que, cuando los enfermos se encontraran en la enfermería y no hubiera ninguna persona a su cargo, "debía cerrarse con llave la puerta" de esta habitación, y el día del incendio se encontraban a solas en ese departamento cinco enfermos que, al no poder salir, fallecieron por una insuficiencia respiratoria.

El día de autos, uno de los internos, que padecía trastorno de personalidad y retraso mental leve, estaba sedado y atado de pies y manos con correas a una de las camas de la enfermería "por haber presentado una actitud violenta".

El hombre, aún estando sujeto, consiguió desplazar la cama y coger el cable eléctrico que alimentaba el compresor de aire a presión que se encontraba conectado al colchón de la cama.

Por alguna anomalía eléctrica, se desencadenó un sobrecalentamiento por resistencia que causó la ignición del aislante el cableado que, al estar entre las sábanas y el colchón, originó el fuego en la enfermería.

En el incendio fallecieron el interno que pudo causar el incendio, una mujer con "deterioro intelectual", un hombre con parálisis cerebral, otro con oligofrenia epilépsica y un anciano encamado de larga duración.

Todos ellos, sin movilidad, se encontraban en la enfermería en el momento del suceso.