¡Te la hemos colao, gordito!

La inteligencia, la imaginación y el sentido del humor no son virtudes del conservador radical. Otra cosa sería si hablásemos de la altivez, la soberbia, la vanidad o el engreimiento, alma de este tipo de personajes comúnmente llamados "fachas". Ahí sí. Pero lo que es inteligencia, imaginación y sentido del humor...

Anoche 'El intermedio' (La Sexta) ridiculizó el periodismo miserable y zafio de Intereconomía utilizando precisamente la imaginación, la inteligencia y el sentido del humor. El famoso vídeo con los malos tratos de Wyoming a una becaria era, no podía ser de otra manera, una trampa. Una pequeña obra maestra de la televisión mordaz y guasona. Un capote al que desde Intereconomía entraron como vitorinos, soltando derrotes y bilis a partes iguales. "¡Te la hemos colao, gordito!", dijo Wyoming en el momento de desenmascarar al presentador de 'Más se perdió en Cuba'.

La verdadera historia del vídeo, desvelada anoche en 'El intermedio', es deliciosa. Todo comienza con una gran idea de los guionistas del programa para "comprobar los medios de control periodísticos de Intereconomía ante una noticia". Se escribe un guión. Y se graba en el plató con una cámara del programa... y con el vídeo de una pequeña cámara de fotos. La precaria grabación, sin los segundos finales (en los que la 'becaria' —en realidad una redactora del programa— reaparece con un cartel que dice "Os la hemos colado" y Wyoming levanta uno que dice "Soy cabrón, pero no tanto"), es enviada el pasado jueves de forma anónima a un mail de Intereconomía. Desde esa cadena, y por supuesto sin contrastar de ninguna manera la autenticidad de la información o las imágenes, cuelgan el vídeo en Youtube... y arrancan la campaña contra Wyoming.

"Podían haber hecho periodismo, pero ello les hubiera quitado tiempo para insultarnos", rezaba el comunicado de 'El intermedio'. Efectivamente. Además, hubiese supuesto un paso atrás importante en la carrera de Xavier Horcajo, presentador de 'Más se perdió en Cuba', del que lo mejor que puede decirse es que no salió de El País precisamente por su exceso de rigor profesional.

¿Podemos ponerle pegas a esta maravillosa historia de periodismo-ficción? Sólo en caso de que estuviera reportando algún tipo de promoción a una cadena como Intereconomía. El resto debe ser considerado como un momento histórico de la televisión inteligente, imaginativa y con sentido del humor.